miércoles, 19 de mayo de 2010

Aquí... ¡¡¡un sindicalista!!!

Me parece increíble que un día como éste pudiera llegar, pero sí, desde hoy soy sindicalista. Hoy ha habido elecciones sindicales en Onda Jaén RTV, y la lista en la que yo estaba integrada ha conseguido varios delegados sindicales, entre ellos yo.
Nunca he creído en los sindicatos, y a día de hoy sigo sin creer. Entiendo que el sindicalismo sí es algo positivo desde un punto de vista teórico, e incluso quizá (seguramente) en sus orígenes no sólo resultó una gran idea sino algo muy importante para la defensa del trabajador; sin embargo, hoy día la sensación que dan los sindicatos es la de sumisión total al Poder con el único objetivo de satisfacer intereses propios -tanto de siglas como personales-. Así lo he vivido y sentido hasta ahora allá donde he trabajado, y por eso lo digo.
Y este mismo sentir (¡¡¡qué paradoja!!!) es el que me ha llevado a mi puesto de hoy de sindicalista electo. El hartazgo y cabreo ante el movimiento sindical de Onda Jaén, en un momento donde se está jugando mucho, tanto laboral como empresarialmente; la sensación de que se ha trabajado por salvar o intentar salvar culos concretos y no por plena convicción de acción sindico-laboral; la constatación de que se usan las siglas sindicales para beneficio propio en lugar de para defensa de los derechos de los trabajadores; todo esto y mucho más no ha hecho más que crear un clima de crispación generalizada entre los trabajadores. Crispación e impotencia porque ante tantos y tales desmanes nada se podía hacer.... bueno, nada no porque alguien, en el café de la mañana, me espetó un día ..... Pues si tanto criticas, por qué no te metes tú y lo haces mejor. No fue un reto; ni siquiera sonó a eso. Pero tenía toda la razón del mundo. El juego es el que es, y sus reglas están claras. Y para participar no existe otro camino que el de tomar partida.
He aquí mi credencial. Llego con las cosas claras; tanto las que quiero como las que no. No sé con qué me encontraré, si el aire estará tan viciado que resulte irrespirable, pero de lo que sí estoy seguro es que antes que comulgar con ruedas de molino, tiro por la calle de enmedio (no sería la primera vez, ni la segunda).
A ver cómo resulta esto, y gracias para los 19.

1 comentario :

Armenteros dijo...

Es curioso participar en un tinglando en el que no se cree. No obstante a lo largo de nuestra vida tomamos decisiones que pensábamos no tomaríamos nunca. Te deseo lo mejor, pero me da la impresión de que no es adecuado hacerse sindicalista sin creer en el sindicalismo. Un par de cosas. Yo he sido delegado y he visto dos tipos de sindicalista: uno el que acude pensando en qué puede hacer el sindicato por él, y otro el que acude a ver qué puede hacer él por el sindicato. Para mí éste último es más interesante. Una segunda cuestión; no conviene identificar un sindicato, un proyecto, una utopía, una ilusión... con las personas que están en ese barco o incluso que lo representan. Si identificas los proyectos con las personas, seguro que tú hace tiempo hubieses dejado de ser cristiano