sábado, 3 de julio de 2010

De vacaciones (I): inicio surrealista

Hay un viejo proverbio chino que aconseja no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Por eso, el día 1 de julio empecé las vacaciones, y el día 3 estamos ya en la playa.
A las seis y media de la mañana estaba ya todo el mundo en pie porque la hora de partida la fijamos a las siete. Hay que madrugar para evitar atascos... y también llegar pronto al hotel pues así también evitas las aglomeraciones en la recepción.
Vamos dos coches. Cuatro cuñados con dos niños cada pareja, y el asiento que queda libre en cada coche lo ocupan los suegros. A mí me ha tocado en suerte... ella. Por eso el inicio de las vacaciones ha sido surrealista. A los pocos minutos de ponernos en carretera hemos REZADO EL ROSARIO. La primera vez en mi vida que lo hago, y lo sorprendente no ha sido únicamente ese dato (cualquiera decía que no) sino que se sabe todas las plegarias (creo que hay millón y medio) de memoria. ¡Increíble!. Y porque hemos rezado una especie de versión breve...
Al margen de esa sorpresa inicial, todo ha ido bien, bastante bien, diría yo. Aunque el día habitual de playa y hotel ha sido hoy diferente porque todo ha estado diseñado en función del partido de España. A las ocho estábamos ya entrando en el comedor, y 25 minutos después saliendo en busca de una de esas pantallas grandotas habilitadas para la ocasión. Objetivo cumplido: estamos en semifinales, donde Maradona no nos espera (lo siento por el Nieto y muchos más que como él viven el fútbol como una religión, pero creo sinceramente que ese sacerdote genera en el cargo demasiada energía negativa).
Ahora sólo queda alcanzar un objetivo (vuelvo a las vacaciones): no engordar demasiado en estos siete días. Me he pesado antes de salir. A la llegada os contaré el resultado.