Ya lo hice al principio de año con ese desayuno alpujarreño, y sigo en mis trece.... mientras pueda. Me refiero a mi pelea particular con este jodido 2012, que desde todos los sitios nos lo ponen como el auténtico hombre del saco moderno, y contra el que me estoy rebelando porque no creo que haya que dejarlo todo en manos del destino; nosotros también tenemos algo -mucho- que decir sobre nuestro propio futuro.
Pues bien, he vuelto a hacer una especie de locura. En lugar de correr un maratón por año, en esta ocasión tengo previsto participar en dos. Si ayer os anunciaba mi inscripción en el Maratón de Sevilla que tendrá lugar el próximo 19 de febrero, ayer mismo hacía también firme mi participación en el Maratón de Amsterdam (21 de octubre).
Pero no sólo he pagado los 60 euros del ala que exige la confirmación de la participación, sino que incluso he reservado y pagado el vuelo. En los próximos días confío en hacer lo propio con algún hotel que no salga muy caro.
La carrera, en octubre. Las reservas, en enero. Si eso no es rebelión, con las perspectivas tan negras, o rojas, que se presentan ante nosotros, que venga Dios y lo vea.
En Sevilla iré a probar un maratón sin prácticamente entrenamiento. Amsterdam, sin embargo, será el gran objetivo de la temporada que ya os iré desgranando en próximos catites.
Espero que tanta rebelión no me lleve a donde van a parar la mayor parte de los seguidores de este tipo de movimientos: al cementerio (aunque sea metafóricamente).
Pues bien, he vuelto a hacer una especie de locura. En lugar de correr un maratón por año, en esta ocasión tengo previsto participar en dos. Si ayer os anunciaba mi inscripción en el Maratón de Sevilla que tendrá lugar el próximo 19 de febrero, ayer mismo hacía también firme mi participación en el Maratón de Amsterdam (21 de octubre).
Pero no sólo he pagado los 60 euros del ala que exige la confirmación de la participación, sino que incluso he reservado y pagado el vuelo. En los próximos días confío en hacer lo propio con algún hotel que no salga muy caro.
La carrera, en octubre. Las reservas, en enero. Si eso no es rebelión, con las perspectivas tan negras, o rojas, que se presentan ante nosotros, que venga Dios y lo vea.
En Sevilla iré a probar un maratón sin prácticamente entrenamiento. Amsterdam, sin embargo, será el gran objetivo de la temporada que ya os iré desgranando en próximos catites.
Espero que tanta rebelión no me lleve a donde van a parar la mayor parte de los seguidores de este tipo de movimientos: al cementerio (aunque sea metafóricamente).
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