Llevo dándole vueltas durante toda la semana a un asunto que no consigo quitarme de la cabeza. Me ocurrió el pasado domingo, día 15 de enero. Estaba preparando el programa de radio de Onda Jaén (Buenos días, Jaén), y contacté con un señor para preguntarle si quería ser el protagonista de nuestra sección diaria La llamada de la tierra. Se trata de que el sector primario tenga presencia, cada día, en el programa a través de textimonios en directo de agricultores, ganaderos, pescadores, estudiosos, organizaciones agrarias,.... que están ya a esa hora en el tajo o a punto de irse.
Pues bien, en esta ocasión habíamos pensado en la posibilidad de entrevistar a una persona que, según me dice alguien que le conoce, aliña muy bien los caracoles. En esta época hay muchos caracoles, y este tipo de cosas siempre queda simpático (ya entrevistamos en su día a un hombre que aliñaba aceitunas, o a una mujer que hacía ese día la matanza).
Pues bien, me pongo en contacto con él vía telefónica, le expongo el asunto, y lo primero que hace es preguntarme que cuánto le voy a pagar. Pensé que era broma y, para seguirle el juego, le dije que era algo más simpático y curioso que otra cosa, como ya hicimos con aceitunas, matanza, etc, etc, etc. Pero no, no iba en broma. Me hablaba totalmente en serio. Era su receta y, si la contaba, quería que le pagasen por ello.
Le dijo que muchas gracias por su atención, y que otra vez sería. ¿Hice bien, o debí haberle ofrecido algo?
Pues bien, en esta ocasión habíamos pensado en la posibilidad de entrevistar a una persona que, según me dice alguien que le conoce, aliña muy bien los caracoles. En esta época hay muchos caracoles, y este tipo de cosas siempre queda simpático (ya entrevistamos en su día a un hombre que aliñaba aceitunas, o a una mujer que hacía ese día la matanza).
Pues bien, me pongo en contacto con él vía telefónica, le expongo el asunto, y lo primero que hace es preguntarme que cuánto le voy a pagar. Pensé que era broma y, para seguirle el juego, le dije que era algo más simpático y curioso que otra cosa, como ya hicimos con aceitunas, matanza, etc, etc, etc. Pero no, no iba en broma. Me hablaba totalmente en serio. Era su receta y, si la contaba, quería que le pagasen por ello.
Le dijo que muchas gracias por su atención, y que otra vez sería. ¿Hice bien, o debí haberle ofrecido algo?
1 comentario :
Hiciste bien. Asquea un poco que todo se valore por lo que cuesta y no por lo que vale.
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