Poco menos de un mes falta para mi primer maratón del año. Será en Sevilla el próximo 19 de febrero, festividad de San Agatón.
No sé finalmente qué pasará; ni siquiera si podré acabar la carrera, porque lo que ha empezado como un experimento, va a ser realmente un experimento. Correr un maratón sin apenas entrenar. Y es que si para el maratón de Valencia (27 noviembre 2011) me preparé tanto en calidad como en cantidad (me pateé unos 1.000 kilómetros), para este de Sevilla la cosa va a andar realmente corta. A día de hoy tan sólo he podido correr cinco días, aunque también es cierto que el tute que me he dado en la aceituna..... ¿servirá?. Espero que sí porque de lo contrario, me veo en el coche escoba.
Hoy he rodado 18 kilómetros, y aunque he corrido bien, a día de hoy no sé si seré capaz de recorrer los 42.195 metros. Del tiempo, mejor ni hablar. El próximo domingo haré una tirada más larga (en torno a 30 kilómetros) porque es el único día que tengo para ello; ya empiezo a participar en el Premio Diputación de Granada, y se me acaba el margen para entrenar al margen de la competición.
Fijaos la improvisación, que no tengo ni zapatillas para el maratón.
Pero por todo esto mismamente es un experimento. A ver si la preparación para el anterior maratón dura. Hay quien defiende que sí porque recuerdo que hace unos años, en la salida del maratón de Florencia, conocí a un madrileño que nunca preparaba los maratones, y en ese mes -allá por noviembre- ya había corrido en el año 10 maratones, es decir, uno al mes.
Al menos, ese ejemplo, ánimos me da. Ya veremos si después la esperanza no se torna en tragedia.
No sé finalmente qué pasará; ni siquiera si podré acabar la carrera, porque lo que ha empezado como un experimento, va a ser realmente un experimento. Correr un maratón sin apenas entrenar. Y es que si para el maratón de Valencia (27 noviembre 2011) me preparé tanto en calidad como en cantidad (me pateé unos 1.000 kilómetros), para este de Sevilla la cosa va a andar realmente corta. A día de hoy tan sólo he podido correr cinco días, aunque también es cierto que el tute que me he dado en la aceituna..... ¿servirá?. Espero que sí porque de lo contrario, me veo en el coche escoba.
Hoy he rodado 18 kilómetros, y aunque he corrido bien, a día de hoy no sé si seré capaz de recorrer los 42.195 metros. Del tiempo, mejor ni hablar. El próximo domingo haré una tirada más larga (en torno a 30 kilómetros) porque es el único día que tengo para ello; ya empiezo a participar en el Premio Diputación de Granada, y se me acaba el margen para entrenar al margen de la competición.
Fijaos la improvisación, que no tengo ni zapatillas para el maratón.
Pero por todo esto mismamente es un experimento. A ver si la preparación para el anterior maratón dura. Hay quien defiende que sí porque recuerdo que hace unos años, en la salida del maratón de Florencia, conocí a un madrileño que nunca preparaba los maratones, y en ese mes -allá por noviembre- ya había corrido en el año 10 maratones, es decir, uno al mes.
Al menos, ese ejemplo, ánimos me da. Ya veremos si después la esperanza no se torna en tragedia.
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