Martinsa –su proceso de suspensión de pagos- no sólo es un ejemplo de que la crisis que tanto han negado algunos está realmente llamando a nuestras puertas, sino que hace efectiva su irrupción pura y dura en las economías domésticas.
Prácticamente todos conocemos a alguien que lo está pasando mal por la difícil situación del sector de la construcción, y no hay que rascar mucho para encontrar ejemplos de que el cierre de empresas y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo está a nuestro lado, en nuestra propia calle, en el mismo bloque donde residimos. Los carteles de se vende o se alquila, y las persianas bajadas de los hasta hace poco negocios florecientes empiezan a ser demasiado normales en nuestro entorno más inmediato.
Martinsa fue el desencadenante a nivel nacional, y su correlación más similar en Jaén la encontramos en Industrias El Ángel; nadie lo hubiera creído hace tan sólo unos meses, ni aunque la información llegara escrita en tinta de sangre.
Pero la cosa no queda ahí. En éste nuestro Jaén están a punto de saltar varios ejemplos más de dificultades económicas. Digo sólo un par de ejemplos por tratarse de empresas simbólicas de diferentes sectores productivos de la economía provincial. Una se enmarca dentro de lo que podríamos llamar industria auxiliar de la construcción, mientras que la otra se centra en el transporte.
Lo dicho, dos símbolos a punto de estallar, dos avisos para navegantes, navegantes de nuestro propio barco, claro.
No hay comentarios :
Publicar un comentario