Una de las muchas protagonistas de una serie de televisión para adolescentes se debatía, hace un par de capítulos, entre dos chicos. Finalmente se decidió por uno de ellos, pero a la primera de cambio éste la dejó plantada en una romántica cena; dio la casualidad que el cocinero del restaurante era el otro, por despecho (o no) tuvo una aventura con él. A la mañana siguiente dudaba entre volver con este último o seguir con quien había elegido pues había incluso fecha para la boda. Ante la dificultad de la cuestión, y viendo que no conseguía una solución a su cruce de caminos, su respuesta fue un ¡Qué mierda es esto de la libertad!.
Esa es una de las cuestiones que plantea Fernando Savater en Política para Amador (Ariel, 1993, 3ª edición), los muchos problemas que presenta para todos el tener que elegir ante situaciones complicadas; tanto que muchas veces casi preferiríamos estar bajo un estado más severo pero en el que alguien eligiera por nosotros.
Si en Ética para Amador Savater lo tenía complicado a la hora de hablar con éxito de ética a los jóvenes, en esta ocasión el reto es aún mayor porque si hay algo de lo que pasan los jóvenes actuales es de la política. Se trata del segundo (y último, él mismo se encarga de dejarlo claro desde el primer momento) libro que dedica a su hijo Amador para intentarle llamar la atención sobre temas tan importantes como la ética o la política; y para que resulte atractivo para su público objetivo, Savater mantiene el mismo sistema pedagógico utilizado en la primera obra, esto es, un lenguaje sencillo y en muchos, muchos, muchísimos ejemplos de la vida diaria que vienen a confirmar las teorías del autor, y que calan en el lector casi por simple lógica.
Una de las cosas que más me llaman la atención de este libro es la forma en que Savater tiene de abordar lo que es, significa, representa, supone... la política. Algo que no se limita a los parlamentos y esos lugares extraños donde trabajan unos peculiares señores, sino que lo considera un elemento innato a un ser que, como el humano , su propia naturaleza le obliga a vivir en sociedad; es a partir de ese momento, de la vida en relación con otros de su misma especie, cuando necesita de unas reglas con las que regular la convivencia. Eso es política... bueno, eso y la guerra, y la inmortalidad, y el racismo, y la propiedad, y el trabajo, y el nacionalismo, y la religión, y muchas cosas más.
Por todo esto, estamos ante otro libro que habría que leer.
Esa es una de las cuestiones que plantea Fernando Savater en Política para Amador (Ariel, 1993, 3ª edición), los muchos problemas que presenta para todos el tener que elegir ante situaciones complicadas; tanto que muchas veces casi preferiríamos estar bajo un estado más severo pero en el que alguien eligiera por nosotros.
Si en Ética para Amador Savater lo tenía complicado a la hora de hablar con éxito de ética a los jóvenes, en esta ocasión el reto es aún mayor porque si hay algo de lo que pasan los jóvenes actuales es de la política. Se trata del segundo (y último, él mismo se encarga de dejarlo claro desde el primer momento) libro que dedica a su hijo Amador para intentarle llamar la atención sobre temas tan importantes como la ética o la política; y para que resulte atractivo para su público objetivo, Savater mantiene el mismo sistema pedagógico utilizado en la primera obra, esto es, un lenguaje sencillo y en muchos, muchos, muchísimos ejemplos de la vida diaria que vienen a confirmar las teorías del autor, y que calan en el lector casi por simple lógica.
Una de las cosas que más me llaman la atención de este libro es la forma en que Savater tiene de abordar lo que es, significa, representa, supone... la política. Algo que no se limita a los parlamentos y esos lugares extraños donde trabajan unos peculiares señores, sino que lo considera un elemento innato a un ser que, como el humano , su propia naturaleza le obliga a vivir en sociedad; es a partir de ese momento, de la vida en relación con otros de su misma especie, cuando necesita de unas reglas con las que regular la convivencia. Eso es política... bueno, eso y la guerra, y la inmortalidad, y el racismo, y la propiedad, y el trabajo, y el nacionalismo, y la religión, y muchas cosas más.
Por todo esto, estamos ante otro libro que habría que leer.
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