sábado, 3 de febrero de 2018

Costó pero El Autor llegó a Jaén. Menos mal

No acabo de entender muchas de las cosas que pasan en mi entorno, y ante el no saber qué hacer, me limito a llamar la atención sobre ellas. 
Una de mis últimas sorpresas fue que en los cines de la ciudad de Jaén no se proyectara El Autor. Tenía ganas de verla desde que conocí su existencia, pero alguien decidió que no lo haría simplemente porque no llegaría a nuestras salas, por lo que mi única opción pasaba por emigrar. 
En esas estaba, planificando una salida cinematográfica, cuando me enteré de que los Encuentros con el cine español (organizados por la Diputación) no sólo traían la peli a Jaén sino también a su director y a los protagonistas.
Me costó, pero finalmente logré entradas. Además, pocos vieron la película mejor que yo porque mi butaca estaba en la fila 2. ¡Ahí es nada! Fue la mejor que pude conseguir porque la demanda era tal, que se tuvieron que habilitar dos salas. ¡¡Dos salas a tope, en Jaén, para ver una película española!! Incluso algunos tuvieron que quedarse fuera.
¿Qué habrá pensado, al conocer estos datos, la persona que decidió que Jaén no era buen lugar para la proyección de la cinta?
Cierto que estaban su director y los protagonistas. Cierto que la entrada costaba 1,50€. Pero eso no quita que, entiendo, hubiera sido rentable su proyección durante una semana normal de estrenos. 
En fin.
Javier Gutiérrez, mi queridísimo Sátur, lleva el peso de una historia compleja y complicada. Encarna a un aspirante a escritor que, ante la falta de inspiración, opta por el trabajo, por ir a clases, a masterclass, estudiar, leer y releer, escribir... pero no acaba de dar con la tecla. La cosa se le complica cuando su mujer, que según él no tiene ni idea, publica un best-seller.
Álvaro, que así se llama el protagonista, nos cuenta la historia de una obsesión. ¿Hasta dónde podemos llegar para conseguir lo que queremos? ¿Hay algún límite que no traspasaríamos?
Las obsesiones siempre son peligrosas, y así lo vemos reflejado en El Autor; pero también hay amor, traición, humor, sinceridad, algún cara dura que otro...
Álvaro encuentra al fin una fórmula para escribir el libro de los libros, y se pone manos a la obra como fruto de una obsesión que no logra controlar, y que condiciona su mundo. El suyo y también el de los demás.
Por cierto... ¡¡Ojo con el director!! Porque mientras estamos inmersos en la historia, casi hipnotizados, Manuel Martín Cuenca aprovecha que tenemos la guardia baja para jugar con nosotros. 
Una historia de historias, con el escritor sin inspiración como excusa, que no nos debemos perder. 
P.D.: Está nominada en nueve categorías a los Premios Goya que se entregan hoy. Igual cuando los gane (además de los premios que ya ha conseguido tanto dentro como fuera de España), el lumbreras decide que ya sí es una peli adecuada para proyectarla en Jaén.


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