domingo, 11 de febrero de 2018

El libro del antirunner

Un amigo, tomando café el otro día, me mostraba su preocupación por la gran cantidad de personas que, pese a no haber hecho deporte en su vida, se sumaban a la moda del running, y no dudaban en afrontar pruebas de largos recorridos, y de gran dureza.
Mi amigo reconocía que él ha hecho deporte (no atletismo) siempre, casi profesional, y por ello ha sometido a su cuerpo a grandes exigencias. Conoce en primera persona qué puede suponer eso, y por ello se echa las manos a la cabeza cuando tantos y tan poco preparados osan fijarse retos de ese tipo.
Esto es precisamente lo que encontramos en The Runner Man (Fabián Roncero. Editorial Pigmalión. Madrid. 2017): un llamamiento a todos aquellos que quieren correr, a que lo hagan de manera adecuada.
Roncero es una voz más que autorizada en este ámbito; sus números están ahí, y no os voy a cansar repitiéndolos, pero no me resisto a recordar que fue el primer hombre blanco en bajar de una hora en media maratón.
Tuvimos la suerte de disfrutar de su presencia en Jaén hace unas semanas. Fue el pasado 12 de enero, el día de antes de la San Antón. Vino a correr, y también a presentar su libro. Yo tuve el privilegio y el honor de conducir la presentación, y allí quedó claro el posicionamiento de Roncero: no todo el que corre es corredor. Lo mismo que, como alguien dijo en el acto, "yo no me puedo llamar cocinero porque cocine una tortilla de patatas".
Su mensaje levanta cierta polémica porque son muchos quienes lo critican al entender que con ello está quitando el valor a tantos corredores que, en la medida de sus posibilidades, afrontan las carreras con gran sacrificio y esfuerzo. Pero Roncero insiste sin ningún tipo de complejos: no puede tener el mismo valor una persona que hace dos horas en un maratón, que aquella otra que emplea 18 horas en recorrer esa misma distancia. A partir de ahí, "que cada cual le de a las cosas el valor que cree que tienen", dijo Fabián.
The runner man recoge este mensaje de Roncero, y cuenta la historia ficticia de un hombre que en apenas un año pasa de no haber hecho deporte en su vida a correr un maratón; y al año siguiente ya está haciendo pruebas de montaña y de ultradistancia.
En el camino Roncero nos describe con mucho humor e ironía las peripecias de este chico cuyas únicas fuentes de información y formación son las redes sociales, anteponiendo lo que ahí encuentra (de procedencias más que dudosas) a lo que le aconsejan profesionales especializados en el correr, en la medicina, en el equipamiento... 
El protagonista del libro es una especie de antirunner porque hace todo lo que no hay que hacer. Y Fabián nos lo cuenta en algo así como un libro al revés, es decir, no nos dice lo que debemos hacer para empezar a correr o para afrontar retos exigentes, sino que nos escenifica lo que no hay que hacer.
Al final es complicado no estar de acuerdo con Roncero ya que su mensaje se resume en esta frase: "cuando uno no está preparado para hacer algo, lo primero que debe hacer es prepararse". Y el atletismo no es una excepción.
Quiero acabar con algo que Fabián dijo en Jaén durante la presentación del libro. Fue algo así como que, "con tanto correr, no es cierto que pretendamos hacer deporte saludable; esa es la excusa. En el fondo lo que queremos es alimentar nuestro ego. Lo tenemos tan subido, y queremos subirlo aún más, que casi nunca atendemos a razones". Para reflexionar. 

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