miércoles, 8 de julio de 2020

Voltaire y la necesidad de no apartar la mirada de los clásicos

No recuerdo de dónde o de quién me llegó el consejo, pero la lectura de Cándido y otros cuentos (Voltaire. Alianza Editorial. Traducción de Antonio Espina. Madrid. Quinta Reimpresión. 2007) ha sido tremendamente gratificante.
El objetivo era leer Cándido, pero la edición que he manejado también contenía Memnón o la sabiduría humana, Micromegas, Historia de los viajes de Escarmentado, Cándido o el optimismo, y El hombre de los cuarenta escudos. Se trata de otros cuentos de François Marie Arouet, verdadero nombre de Voltaire; y ya puestos, los he leído. 
Todos estos cuentos van en la línea transgresora y rebelde que marcó la vida de su autor, y que tantos problemas le causaron. Pero, pese a todo y siendo fiel a sus ideas, siguió adelante. Hoy día se le considera un inspirador de la Revolución Francesa y de la Revolución Norteamericana... y en estas obras queda claro el por qué.
Voltaire era pesimista ante la realidad social europea que le tocó vivir, de ahí que pese a sus ideas y acciones para intentar cambiarla, se da por vencido y cree que es mejor que cada individuo se centre en "cuidar su huerta" para procurar ser feliz antes que aspirar a objetivos más ambiciosos porque resulta imposible.
Pese a ello, que es una idea constante en estos cuentos, él al menos lucha contra esas tendencias e ideas generales que rechaza. Es decir, Voltaire es rebelde pero pesimista a la vez. Así lo encontramos en frases como:
  • "Te quejas de lo que tienes, pero es lo mejor que puedes encontrar"
  • "¡Cuán cierto es que el viajar ilustra!"
  • "...se halle donde se halle, el hombre no hace más que sufrir.."
Podrás estar de acuerdo o en desacuerdo con Voltaire, pero está claro que fue un perfecto analista de la sociedad en la que le tocó vivir, y que -si nos abstraemos en el tiempo- sus pensamientos son perfectamente aplicables a la sociedad actual. En algunos casos quedo boquiabierto porque parecería que el francés fuera un contemporáneo del siglo XXI.
Totalmente recomendable la lectura de estos cuentos, así como la fórmula de alternar libros actuales con los clásicos. Yo lo he hecho últimamente con John Steinbeck, Maquiavelo, Gabriel García Márquez o Miguel de Unamuno, entre otros, y lo voy a seguir haciendo.

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