No conocía a la chef española Carme Ruscalleda, pero no he dudado ni un segundo en hacerme eco de una frase suya que he visto en el diario El País de hoy.
El texto está desde ya arriba, en la cabecera de este blog, y dice lo siguiente: "Un periodista, como un chef, debe ser una persona apasionada por su profesión".
Palabra de Dios.
La pasión es una de las claves de la vida, porque si no pones pasión en todo lo que haces, al final lo que consigues es algo más, y tú mismo eres uno más. De hecho la pasión o la aptitud son elementos que los denominados coachers, que tanta fama tienen en estos tiempos, consideran determinantes para triunfar y diferenciarse de los demás en cualquier ámbito ya sea laboral, empresarial, deportivo, personal....
La formación la podemos tener todos, pero lo otro no. Y ahí está la diferencia entre los buenos y los malos.
A lo largo de mi vida me he encontrado con gente que tenía en su profesión una simple forma de ganar un sueldo a final de mes, y otros que la vivían con pasión. La diferencia en los productos que hacían unos y otros era más que evidente.
Y es que, si estos elementos son ya de por sí importantes, en ámbitos como el periodismo (o la cocina, siguiendo el razonamiento de Ruscalleda) son especialmente necesarios y diferenciadores.
De ahí que a la hora de aconsejar a una persona qué estudiar o trabajar, es tremendamente adecuado aquella otra frase, de quien desconozco su autor, que dice: "trabaja en aquello que te gusta, y no tendrás que trabajar nunca". Eso es la pasión.
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