domingo, 8 de agosto de 2010

Interesante y original

Gerónimo Stilton es uno de los fenómenos más importantes de los últimos años en lo que a literatura infantil se refiere. La cosa comenzó como un personaje más, el propio Gerónimo que es el director-editor de El Eco del Roedor (el diario más famoso de la Isla de los Ratones), viviendo todo tipo de aventuras. Pero tuvo tanto éxito, que las publicaciones sobrepasaron los libritos iniciales (hay casi un centenar) para compartir protagonismo con otros libros de mayor dimensión (tanto en gordura como en calidad de edición). En este Cuarto Viaje al Reino de la Fantasía (Círculo de Lectores. 2009) el autor (que es el mismo Gerónimo) nos cuenta, como os habréis imaginado, la cuarta ocasión en la que viaja al Reino de la Fantasía, un lugar fantástico donde debe descubrir quien ha robado el último huevo de dragón, el que da continuidad a la especie; y es que los dragones son los principales habitantes de este lugar.
Gerónimo, que allí asume el papel de salvador en la figura del Duodécimo Caballero, acaba resolviendo el enigma.
Es la primera vez que leo algo de Gerónimo, y la verdad es que me parece interesante. Interesante lógicamente para los niños pues no sólo los atrapa rápidamente en una aventura alucinante, sino que lo hace jugando con el propio libro, es decir, ofreciendo olores en algunas de las páginas; utilizando un sin fin de tipos de letras que se adaptan a lo que significa cada palabra, algo con lo que el niño va cogiendo soltura lectora a pesar del cambio de tipología; de vez en cuando ofrece recuadritos explicando qué es la envidia, la amistad, o el secreto para vencer el miedo; y, sobre todo, mucho color y mucha ilustración. Todo ello da gran originalidad al libro.
Quien quiera iniciarse en estos libros le aconsejo comenzar por el principio, y realizar de manera ordenada y cronológica los viajes al Reino de la Fantasía, porque las referencias al pasado -tanto de situaciones como de personajes- son habituales.
P.D.: Abordo la lectura de este libro a causa de mi hijo Guillermo, de 9 años. He empezado a leer a la par que él los libros con los que decide disfrutar; y lo hago para que después me cuente lo que pasa, y comprobar realmente que lee. Inicio así un camino casi desconocido, pero que reconozco no me es desagradable pues la literatura infantil -como creador- es algo a lo que me gustaría hincarle el diente. Ya veremos a qué destinos me lleva este novedoso sendero.

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