Quien lo iba a decir, pero hasta la decisión de Zapatero de adelantar las elecciones generales al 20 de noviembre me ha afectado de lleno, y de qué manera... desde un punto de vista deportivo. Sí, sí. No tiene que ver con lo de ir a votar ese domingo ni nada por el estilo.
La organización del maratón de Valencia, fijado para el 20 de noviembre, ha tomado la decisión de retrasarlo una semana. Así, la carrera será finalmente -si Zapatero no dice lo contrario- el 27 de noviembre.
Eso me ha supuesto una semana más para el entrenamiento, que tampoco es positivo..., ni negativo. Un poco más de tiempo, y punto. Sin embargo, y al margen del componente atlético, los elementos negativos derivados de dicho cambio de fecha han sido más que los positivos. Y es que nada más enterarme, manos a la obra de cancelación de reserva de hotel, y búsqueda de uno nuevo. Por suerte, no he tenido que pagar penalización alguna, pero sí me supone un fastidio que mi cuñao el granaíno deba desistir de participar. El 4 de diciembre correrá a muerte el maratón de Lisboa, y a Valencia venía simplemente a marcarme el ritmo (a mí y a mi otro cuñao, pero éste el porcunero) para bajar 3horas y 30 minutos. Algo relativamente fácil para él y que le venía bien incluso para, dos semanas después, afrontar otros 42,195 kms, e intentar bajar de las tres horas.
Sin embargo, la tarea se le presenta imposible cuando hablamos de dos maratones en ocho días. Había que elegir y se queda, lógicamente, con Lisboa.
Una baja sensible, muy sensible,... ¡que jode! (vaya con Zapatero).
Tendré que buscarme las habichuelas, pero seguro que también lo conseguimos los otros dos cuñaos.
¿Lo positivo?. Que el nuevo hotel concertado es más barato (gracias a una promoción de Vodafone) y está al lado de la salida y la meta. No, si ya lo dice el refranero: Dios aprieta pero no ahoga.
La organización del maratón de Valencia, fijado para el 20 de noviembre, ha tomado la decisión de retrasarlo una semana. Así, la carrera será finalmente -si Zapatero no dice lo contrario- el 27 de noviembre.
Eso me ha supuesto una semana más para el entrenamiento, que tampoco es positivo..., ni negativo. Un poco más de tiempo, y punto. Sin embargo, y al margen del componente atlético, los elementos negativos derivados de dicho cambio de fecha han sido más que los positivos. Y es que nada más enterarme, manos a la obra de cancelación de reserva de hotel, y búsqueda de uno nuevo. Por suerte, no he tenido que pagar penalización alguna, pero sí me supone un fastidio que mi cuñao el granaíno deba desistir de participar. El 4 de diciembre correrá a muerte el maratón de Lisboa, y a Valencia venía simplemente a marcarme el ritmo (a mí y a mi otro cuñao, pero éste el porcunero) para bajar 3horas y 30 minutos. Algo relativamente fácil para él y que le venía bien incluso para, dos semanas después, afrontar otros 42,195 kms, e intentar bajar de las tres horas.
Sin embargo, la tarea se le presenta imposible cuando hablamos de dos maratones en ocho días. Había que elegir y se queda, lógicamente, con Lisboa.
Una baja sensible, muy sensible,... ¡que jode! (vaya con Zapatero).
Tendré que buscarme las habichuelas, pero seguro que también lo conseguimos los otros dos cuñaos.
¿Lo positivo?. Que el nuevo hotel concertado es más barato (gracias a una promoción de Vodafone) y está al lado de la salida y la meta. No, si ya lo dice el refranero: Dios aprieta pero no ahoga.
1 comentario :
Me halaga la confianza que te transmite mi presencia como "motivador" durante esa dura prueba que es el Maratón. Estoy seguro que con entrenamiento y algo de suerte, que siempre es necesaria, conseguirás tu objetivo de las 3 h 30 m. En Sevilla tocará uno más ambicioso, pero eso será un nuevo capítulo. Y hay que ir paso a paso.
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