Un compañero de universidad -hace unos años- y profesión -ahora- se indigna cada vez que es testigo de una barrabasada en cualquier periódico. Él insiste hasta la saciedad en que el futuro del periodismo, del buen periodismo escrito, no está reñido con el papel; lo que ocurre es que hay que apostar por la calidad. Calidad tanto en el contenido como en los diseños de las páginas que hace atractivo al lector lo que se cuenta.
Por eso, cuando se entera de que en un periódico que conoce bien han despedido a uno de los dos diseñadores -que curiosamente acabada de recibir un premio importante- no duda en descolgar el teléfono y reprochárselo al partebacalao.
Se siguen equivocando es su frase más manida, pero también tremendamente realista ante lo que está ocurriendo.
Parece ser que el objetivo para la supervivencia de los periódicos -que en casi su totalidad viven un momento económico muy difícil- es el recorte para reducir la carga financiera. No tiembla el pulso ante nada ni ante nadie. Y sin embargo, la realidad es bien distinta. Son los periódicos de pago los que sobreviven, y los gratuitos los que están desapareciendo. La tendencia se puede apreciar ya incluso en internet, donde los los medios digitales están pasando del todo gratis al pago, barato, eso sí, pero pago al fin y al cabo.
El lector de periódicos, el buscador de información de la buena no duda en pagar si le ofrecen lo que está demandando.
Un ejemplo de esto que hablamos, del rellenar por rellenar, aunque sea sin sentido y además ofreciendo cosas feas, muy feas, lo encontramos en esta imagen. Tomaba yo un café el pasado 7 de agosto en un bar malagueño cuando, por defecto profesional, echaba un vistazo al periódico que había en el bar. Era, creo el Sur de Málaga, y en la sección de deportes encontré la información referente a la final del Trofeo Carranza que la noche anterior enfrentó al Cádiz y al Málaga.
Doble página de información. La de la derecha, una foto horrible, que lo ocupaba todo, de un lance del encuentro. La página de la derecha, esta joya que os muestro. Todo un ejemplo de cómo no se debe maquetar una información, y menos si se trata de deporte.
Ya con el titular podríamos estar hablando siglos: Sin varios de sus jugadores más estelares, el equipo de Pellegrini fue de más a menos hasta el varapalo final de los goles de Juanjo y el malagueño Dioni.
Sí, sí. Esto es sólo el titular. Parece ser que no se ha inventado todavía el cintillo, el antetítulo, el subtítulo, el grafismo... Los destacados sí. Todos a mogollón, abajito, sin ser elementos de diseño sino simplemente como relleno puro y duro para pasar el expediente.
¿Y así pretendemos vender periódicos?
Paco, estoy contigo. Se siguen equivocando.
Por eso, cuando se entera de que en un periódico que conoce bien han despedido a uno de los dos diseñadores -que curiosamente acabada de recibir un premio importante- no duda en descolgar el teléfono y reprochárselo al partebacalao.
Se siguen equivocando es su frase más manida, pero también tremendamente realista ante lo que está ocurriendo.
Parece ser que el objetivo para la supervivencia de los periódicos -que en casi su totalidad viven un momento económico muy difícil- es el recorte para reducir la carga financiera. No tiembla el pulso ante nada ni ante nadie. Y sin embargo, la realidad es bien distinta. Son los periódicos de pago los que sobreviven, y los gratuitos los que están desapareciendo. La tendencia se puede apreciar ya incluso en internet, donde los los medios digitales están pasando del todo gratis al pago, barato, eso sí, pero pago al fin y al cabo.
El lector de periódicos, el buscador de información de la buena no duda en pagar si le ofrecen lo que está demandando.
Un ejemplo de esto que hablamos, del rellenar por rellenar, aunque sea sin sentido y además ofreciendo cosas feas, muy feas, lo encontramos en esta imagen. Tomaba yo un café el pasado 7 de agosto en un bar malagueño cuando, por defecto profesional, echaba un vistazo al periódico que había en el bar. Era, creo el Sur de Málaga, y en la sección de deportes encontré la información referente a la final del Trofeo Carranza que la noche anterior enfrentó al Cádiz y al Málaga.
Doble página de información. La de la derecha, una foto horrible, que lo ocupaba todo, de un lance del encuentro. La página de la derecha, esta joya que os muestro. Todo un ejemplo de cómo no se debe maquetar una información, y menos si se trata de deporte.
Ya con el titular podríamos estar hablando siglos: Sin varios de sus jugadores más estelares, el equipo de Pellegrini fue de más a menos hasta el varapalo final de los goles de Juanjo y el malagueño Dioni.
Sí, sí. Esto es sólo el titular. Parece ser que no se ha inventado todavía el cintillo, el antetítulo, el subtítulo, el grafismo... Los destacados sí. Todos a mogollón, abajito, sin ser elementos de diseño sino simplemente como relleno puro y duro para pasar el expediente.
¿Y así pretendemos vender periódicos?
Paco, estoy contigo. Se siguen equivocando.
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