En apenas 17 horas estaremos tomando la salida en el II Maratón en pista "Ciudad de Jaén". Mañana me pierdo los Sanfermines porque a las siete de la mañana está previsto el pistoletazo inicial en la pista "Ángel Cortés" de La Salobreja.
Por delante, 105 vueltas y media a la pista de 400 metros. Ahí es nada.
Ya el año pasado participé y paré el crono en poco más de 3h56', es decir, el peor tiempo de mi vida en un maratón. En esta ocasión creo que lo empeoraré porque no lo he preparado específicamente sino que opté por formar parte de esta iniciativa desde la creencia de que si los de aquí no apoyamos lo que aquí se hace, después no nos podemos quejar.
Por eso, me planteo la carrera -que es mi maratón número 16- sin objetivo de tiempo y con la única meta de acabarlo. Esto no quiere decir que no haya entrenado; sí lo he hecho, y mucho, especialmente porque en el pasado mes de mayo corrí los 101 kilómetros de Ronda, y hasta llegar ahí realicé el que quizá haya sido mejor entrenamiento de mi vida. Precisamente en eso confío, en tener la base suficiente como para acabar bien mañana. Cierto es que tras Ronda estuve dos semanas sin hacer nada, y desde entonces las salidas que he realizado han sido sin demasiada calidad en términos generales; pero con un poquito de cabeza (que me haga mantener hasta la media maratón el ritmo adecuado), más cabeza todavía (que me lleve "bien" hasta el kilómetro 30), y algo de sufrimiento en los diez últimos kilómetros, puedo coronar lo que sería mi maratón número 16. Y es que sin sufrimiento nunca hay éxito, o al menos no lo aprecias como tal.
El pasado jueves realicé las últimas series, y fueron bien. Por otra parte, tanto ayer viernes como hoy sábado han sido jornadas de descanso; esta tarde será de más descanso aún, y por la noche a la cama hay que ir tempranito porque a las cinco de la mañana del domingo hay que estar desayunando. A ver si el dorsal 48 trae suerte.
Lo dicho: alea iacta est.
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