Lo inicié ayer tarde para confirmar mi primera impresión, que la pinta era buena, y ya no pude parar; en dos horas aproximadamente lo había acabado. ¿Leerte un libro en un suspiro, casi sin enterarte, y sin poder dejarlo es señal de que te ha gustado? Pues eso.
El Tesoro del Cisne Negro (Roca, Paco y Corral, Guillermo. Astiberri Ediciones. Bilbao. 2018) ha sido para mí un placer multisentido... oro puro.
Hacía años, pero bastantes, que no leía un cómic, y el reencuentro me ha supuesto algo extraordinario. Fue con el cómic con el que me inicié en esto de la lectura, y regresar al formato ha revivido en mí recuerdos y momentos difíciles de igualar. No sé si el refranero, que siempre es sabio, tiene razón cuando dice aquello de que "Todo tiempo pasado fue mejor", pero lo cierto es que este libro me ha dado un plus de no sé qué... difícil, ya no de superar, sino siquiera de igualar. Creo que a partir de ahora los cultivaré de manera más asidua.
Al margen del elemento sentimental, El Tesoro del Cisne Negro es ¡un pedazo de libro!. Sus autores conforman lo que podíamos denominar una pareja mágica. Paco Roca es dibujante y autor de cómic, mientras que Guillermo Corral es diplomático y escritor. Corral se ha encargado del guión, mientras que Roca lo ha dibujado.
La obra recrea el largo desencuentro entre la compañía cazatesoros norteamericana Odyssey, que extrajo del fondo del mar el tesoro que transportaba el navío español Nuestra Señora de Las Mercedes, hundido en el Estrecho de Gibraltar en el año 1804, y que España recuperó en enero del año 2012 tras un largo y complicado proceso judicial de cinco años.
Guillermo Corral vivió en primera persona aquella historia, y ahora nos la presenta de manera magistral junto con Roca. Ya digo que la historia es buena, y aunque supongo que se habrá permitido alguna licencia y no todo lo que cuenta sucedió, yo he quedado hipnotizado desde el principio hasta el final, ¡¡porque vaya final!! Y es que no sólo nos cuenta los entresijos de cómo sucedió todo, dándole algún palito (o palaco) a la manera de hacer las cosas que tiene la política, o la burocracia, sino que nos complementa la trama principal con una historia de amor, otra de espionaje, hay momentos detectivescos... en fin, una auténtica aventura.
Si una historia buena la completas con el arte de la imagen (o al revés), obtenemos este genial El Tesoro del Cisne Negro. Y es que he quedado maravillado con los dibujos (permítaseme el término) de Paco Roca. El libro no sólo hay que leerlo con los bocadillos sino también escrutando cada viñeta porque todas y cada una de ellas aportan su granito de arena a la historia global. Me ha parecido genial ese cambio de tono de color que tienen páginas enteras cuando cambias del relato del libro a acontecimientos pasados, a un pasaje en el fondo del mar, o cuando los personajes se encuentran en la sala de control de un aeropuerto; o cuando el ajetreo de un trabajo intenso llevado a cabo durante horas se ve reflejado en una secuencia de viñetas ágiles, sin texto, que dan la sensación de fotograbas pasados a cámara rápida... Me ha encantado el uso del dibujo a modo de infografía del mejor periódico del mundo, o ese cambio drástico en el estilo cuando alguno de los personajes bucea en sus recuerdos.
Al final acabo con la sensación de haber visto una película, pero habiendo leído un libro.
No os lo podéis perder.
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