El 14 de abril es una de las fechas que más da que hablar en nuestro país, especialmente en los últimos años.
Fue el 14 de abril, también martes, del año 1931 cuando se proclamó la Segunda República Española. Por ello se ha convertido en una fecha muy simbólica a la que recurren todos aquellos que añoran esa forma de gobierno, y no ocultan -sino todo lo contrario- el deseo de su vuelta.
Siempre me llamó la atención el estudio del sistema republicano, y de hecho, me he aproximado a algunos casos desde un punto de vista educativo y también investigador. Mi mirada se orientó siempre a centro Europa, pero en los últimos tiempos, y como se habla tanto (muy bien y también muy mal) del caso español, he hecho alguna incursión en nuestra historia republicana.
Una os la conté aquí mismo a través de un catite titulado Vaya primera república española. Como os dije en su día, se trata de un librito no demasiado ambicioso, pero que sí ofrece una visión general pero también muy acertada de lo poco acertada que fue aquella época.
Sigo leyendo aquí y allá, buscando vídeos, escuchando opiniones, y descubriendo reportajes. Ha sido mucho picotear y poco profundizar, de ahí que haya encargado ya una celebrada obra -me dicen que es la mejor que se ha escrito- sobre la Segunda República Española. Tengo ganas de llegar a ella para descubrir desde el punto de vista del rigor investigador si la época fue tan buena o tan mala como dicen. Entiendo que lo acertado, como siempre, estará en el término medio, pero eso no os lo puedo contar todavía.
Os reconozco que para mí la República no es ni buena ni mala; se trata simplemente de un sistema político más que tuvo en nuestro país luces y sombras, tanto tenues como intensas en ambos sentidos. Igual que todos, vaya.
Yo, quizá por mi edad (a punto de cumplir 48 años), siempre he visto con buenos ojos el sistema español: monarquía constitucional. Me parece tan bueno, y/o tan malo, como la república. Es lo que conocí y viví desde pequeño, entiendo que no nos ha ido mal con él, y si algo va bien, ¿por qué cambiarlo?.
Precisamente hace unos días mantenía este debate con alguien que argumentaba que él prefería tener de Jefe del Estado a alguien a quién él hubiera votado, y no a una persona que está ahí por ser "hijo de...". No le quitaba yo razón, ni mucho menos, pero mi percepción es que con Juan Carlos no nos fue mal (en los últimos tiempos sí es cierto que se ha desmadrado), y Felipe tiene buena pinta. Y si en el fondo se trata de tener a dos presidentes (uno de la república y otro del gobierno) en lugar de un rey y un presidente del gobierno, qué queréis que os diga.
Sí quisiera acabar con algo que me llama poderosamente la atención. Y es que quienes defienden la república muy fervorosamente -tanto jóvenes como mayores- la asocian siempre a la izquierda. Y la verdad es que no lo entiendo. Es más, si echamos un vistazo a la Europa actual, o incluso más allá, encontramos un sinfín de países donde está instaurada la República, y que son gobernados por la derecha, y algunos muy pero que muy de derechas.
Espero salir de dudas en no mucho tiempo.
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