Ya tenía ganas de volver a La Victoria. Y más tras ese impresionante inicio -me lo perdí por lo que todos ya conocéis- con tres victorias en tres partidos, que nunca se había dado en la historia del Real Jaén.
Por eso, lo del sábado por la noche fue fiesta en mi casa. De los cuatro miembros de la familia tan sólo uno no es socio: Alicia. Pero en estas ocasiones se suma al carro. Así, y con una hora de antelación sobre el inicio del partido, la familia Cámara Castillo ya estaba en el campo. Me gusta el ambiente previo, que en este caso era especial por la euforia que se respiraba por todos sitio. La verdad es que nada tenía que ver con años anteriores donde el cabreo era el sentimiento generalizado. Ahora, no; el optimismo invadía el sentir de los seguidores del co-líder del grupo cuarto de la Segunda B, sobre todo ante la visita de un recién ascendido: a priori, carne de cañón.
En mi primer partido de temporada, ya digo, que me gustó el ambiente. También lo que vi dentro del campo. En la portería sí eché de menos a Calleja en alguna no-salida de nuestro guardameta. En la defensa, como siempre, solidez. Me sorprendió Espín, un chaval al que el año pasado entrevisté en muchas ocasiones, y siempre se lamentaba de su mala estrella porque una eterna lesión le impedía jugar.
En el centro del campo Ros seguía ejerciendo de general, aunque no me convenció mucho su escudero, Solabarrieta, a pesar del gol. Tuvimos una conducción más efectiva cuando al lado de Ros estuvo Dani Guerrero. En las bandas, un lujo contar con el regreso de Javi Moyano, mientras que Álex García, por mucho que me pese decirlo, hace que no nos acordemos de Sutil.
Delante, impecables tanto Geni como Arriaga.
Cierto que en algún momento del partido nos acongojamos, y mucho, por el peligro del empate, pero no es menos cierto que el colegiado nos anuló dos goles -a Geni- por fuera de juego inexistente.
En cualquier caso, tres puntos más al saco que hacen de este Real Jaén un histórico: cuatro de cuatro, y líderes en solitario tras la derrota, hoy, del Cádiz.
Chapó, una vez más, por Carlos Terrazas porque, que a nadie se le olvide, es el artífice de este milagro llamado Real Jaén 2008-2009.
Por cierto, mi regreso a La Victoria fue, como no podía ser de otra manera a una hora tan propicia como las nueve de la noche, con el mítico bocata de foie-grass con chorizo. Doble lujo... y que dure.
Por eso, lo del sábado por la noche fue fiesta en mi casa. De los cuatro miembros de la familia tan sólo uno no es socio: Alicia. Pero en estas ocasiones se suma al carro. Así, y con una hora de antelación sobre el inicio del partido, la familia Cámara Castillo ya estaba en el campo. Me gusta el ambiente previo, que en este caso era especial por la euforia que se respiraba por todos sitio. La verdad es que nada tenía que ver con años anteriores donde el cabreo era el sentimiento generalizado. Ahora, no; el optimismo invadía el sentir de los seguidores del co-líder del grupo cuarto de la Segunda B, sobre todo ante la visita de un recién ascendido: a priori, carne de cañón.
En mi primer partido de temporada, ya digo, que me gustó el ambiente. También lo que vi dentro del campo. En la portería sí eché de menos a Calleja en alguna no-salida de nuestro guardameta. En la defensa, como siempre, solidez. Me sorprendió Espín, un chaval al que el año pasado entrevisté en muchas ocasiones, y siempre se lamentaba de su mala estrella porque una eterna lesión le impedía jugar.
En el centro del campo Ros seguía ejerciendo de general, aunque no me convenció mucho su escudero, Solabarrieta, a pesar del gol. Tuvimos una conducción más efectiva cuando al lado de Ros estuvo Dani Guerrero. En las bandas, un lujo contar con el regreso de Javi Moyano, mientras que Álex García, por mucho que me pese decirlo, hace que no nos acordemos de Sutil.
Delante, impecables tanto Geni como Arriaga.
Cierto que en algún momento del partido nos acongojamos, y mucho, por el peligro del empate, pero no es menos cierto que el colegiado nos anuló dos goles -a Geni- por fuera de juego inexistente.
En cualquier caso, tres puntos más al saco que hacen de este Real Jaén un histórico: cuatro de cuatro, y líderes en solitario tras la derrota, hoy, del Cádiz.
Chapó, una vez más, por Carlos Terrazas porque, que a nadie se le olvide, es el artífice de este milagro llamado Real Jaén 2008-2009.
Por cierto, mi regreso a La Victoria fue, como no podía ser de otra manera a una hora tan propicia como las nueve de la noche, con el mítico bocata de foie-grass con chorizo. Doble lujo... y que dure.
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