lunes, 24 de febrero de 2020

Expectativas no cubiertas

Casi nunca me parecen bien las películas que acaban llevándose un Oscar. Es más, los gustos de los críticos entendidos en cine, y los míos, suelen ser muy diferentes. Quizá porque yo no soy un entendido, pero mi intención no es sentar cátedra sino simplemente ir al cine y expresar qué me ha parecido.
Por eso, suelo jugar habitualmente a ver las grandes candidatas a numerosos Oscars para después confirmar nuestra diferencia de gustos.
Esta fue la razón que me llevó a ver 1917. Nominada a 10 Oscars, y tras triunfar en numerosos y prestigiosos festivales de cine, la película era una de las grandes aspirantes a todo. Así lo confirmé cuando llegué a la sala de cine y estaba casi a tope. Es algo que no suele ocurrirme, y en esta ocasión quería decir algo.
La trama transcurre en plena Primera Guerra Mundial. Dos soldados británicos reciben la misión de cruzar la línea de frente, y detener el ataque previsto de otra unidad británica en la que, por cierto, se encuentra el hermano de uno de nuestros protagonistas.
Se trata de evitar la muerte del hermano, pero también de sus casi 2.000 compañeros porque el ataque es una trampa del ejército alemán, y en caso de que el mensaje no llegue a tiempo, sería una masacre.
El hermano de quien puede morir no duda en emprender de inmediato la misión, pese a las muchas dudas de su acompañante. Parece un suicidio, y de hecho casi lo es. Pero cumplen órdenes y también la obligación de salvar, o al menos intentarlo, al hermano.
Esa es una de las constantes que vemos en la película, el dilema entre seguir hacia adelante pese a que la razón dice que es una locura, y la obligación de hacerlo por ese vínculo familiar, por la fuerte amistad entre los dos soldados en misión, por el deber de hacerlo para con sus compañeros y su país, por la necesidad de perpetuar la vida frente a la sin razón nazi...
Se hablaba tan bien de la película, que a mí acabó decepcionándome. Las casi dos horas de cinta dan para mucho, también para desesperarse un poco. 
Hay momentos de gran nivel, pero también desconcertantes, otros surrealistas, cómicos, desesperantes, agónicos, heroicos...
La película es un poco una locura. También el final.

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