lunes, 3 de febrero de 2020

Otro peliculón de Clint Eastwood

Richard Jewell es la cuarta película que San Clint Eastwood -director- realiza basándose en hechos reales sobre situaciones en las que ciudadanos anónimos han visto cómo sus vidas se movían entre el cielo y el infierno en apenas un segundo.
Antes pudimos disfrutar con El francotirador, Sully y 15:17 Tren a París
Richard Jewell tiene como referente el atentado sucedido durante las Olimpiadas de Atlanta del año 1996. Alguien colocó una mochila bomba que fue detectada por un guardia de seguridad, quien alertó a las autoridades, y aunque finalmente hubo 111 heridos y dos muertos, ese guardia, llamado Richard Jewell, evitó una tragedia.
Jewell ascendió en minutos al olimpo de los héroes, pero todo se le vino abajo cuando el FBI le investigó como posible autor de la colocación de la bomba, y una periodista del The Atlanta Journal dio veracidad a la sospecha, y el bueno de Richard fue considerado villano por todos.
Eastwood cuenta la historia a través de una durísima crítica al propio FBI y a los medios de comunicación porque, sin pruebas y quizá con el único objetivo de encontrar a un culpable de manera inminente, se cebaron con el primero que pasó por allí.
A mí me parece extraordinaria cómo nos describe la actitud siempre colaboradora de un ciudadano totalmente comprometido con su país, pese a que ese país -o al menos sus representantes- le demuestran continuamente que le quieren muerto. "¿Cómo se puede ser tan tonto?", te preguntas continuamente en la butaca. Y es simplemente porque un sentimiento no se puede elegir, y aquí el patriotismo de Jewell está en su ADN pase lo que pase. De hecho, es su patriotismo lo que le mantiene fuerte pese a los muchísimos momentos de desánimo tanto propios como de su madre cuando ven que su vida se viene abajo.
Eastwood, una vez más, se pone del lado de la víctima, jugando siempre limpio pese al juego sucio de los rivales, y alcanzando finalmente su objetivo manteniendo sus principios, que quizá sean los mismos del propio director de la película.
Una película para pensar, y mucho, porque los excesos de un gobierno, las invenciones de la prensa, o los juicios paralelos de la ciudadanía declarando culpable a alguien antes de que lo haga un juez... digo que todo esto es más habitual de lo que podamos pensar, y sin embargo seguimos sin aprender.
En fin, acabo repitiendo el título: otro peliculón de Clint Eastwood.
 
 

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