Sigo mi preparación con la vista puesta en el 30 de noviembre, donde intentaré hacer en el maratón de San Sebastián 3 horas y 30 minutos. La verdad es que últimamente estoy con la moral bastante subida porque aunque la cagué en la media maratón de Guadix, la cosa está justificada por la dureza de la prueba, el mucho calor que hizo, y la falta de agua que sufrimos -algunos- corredores. Además, ayer hice una prueba y corrí 10 kilómetros -en un lugar con bastantes cuestas- a 4 minutos y 48 segundos el kilómetro (de media). También estoy consiguiendo hacer semanalmente los rodajes tranquilos, de cierta relajación, a 5 minutos el kilómetro (en menos he corrido hoy 13 kilómetros).
Viene todo esto al hilo de lo que ocurrió ayer en Berlín. El mejor corredor de maratón de toda la historia, el etíope Haile Gebreselassie (35 años), batió de nuevo el récord del mundo de la prueba. El anterior era suyo. En esta ocasión ha corrido los 42 kilómetros y 195 metros en 2 horas 3 minutos y 59 segundos, es decir, 27 segundos menos que el anterior. Una auténtica barbaridad.
Bien es cierto que yo soy un meloncillo en esto del atletismo, pero estoy orgullo de mis carreras, de mis tiempos, y me genera gran satisfacción la mejora que voy consiguiendo, poco a poco, pero mejorando al fin y al cabo. Sobre todo porque esto del correr es muy duro y sacrificado para un simple aficionado como yo.
Por eso quiero destacar lo que ha hecho Gebreselassie. Ha corrido más de 42 kilómetros a una media de 2 minutos y 56 segundos. Yo no es que sea incapaz de hacer eso, sino que ni siquiera consigo correr un solo kilómetro a 3 minutos; lo intento en mis series, pero me resulta casi imposible bajar de 4 minutos.
Por eso quiere reivindicar aquí tanto la figura de Haile como la de los sufridos maratonianos que, siendo los protagonistas de la prueba rey del atletismo, siempre pasan casi desapercibidos en los grandes eventos deportivos. Un ejemplo, el último, las recientes olimpiadas de Pekín.
Para acabar, os dejo las fotos de Haile, tras ganar ayer en Berlín, (cómo llegó)... frente al cómo llegué yo en mi primera, y hasta ahora, único maratón que he corrido. Fue en Ciudad Real, en el año 2003, y tardé 3 horas, 55 minutos y 50 segundos, es decir, en ese tiempo Gebreselassie correría casi dos veces esa distancia.
Viene todo esto al hilo de lo que ocurrió ayer en Berlín. El mejor corredor de maratón de toda la historia, el etíope Haile Gebreselassie (35 años), batió de nuevo el récord del mundo de la prueba. El anterior era suyo. En esta ocasión ha corrido los 42 kilómetros y 195 metros en 2 horas 3 minutos y 59 segundos, es decir, 27 segundos menos que el anterior. Una auténtica barbaridad.
Bien es cierto que yo soy un meloncillo en esto del atletismo, pero estoy orgullo de mis carreras, de mis tiempos, y me genera gran satisfacción la mejora que voy consiguiendo, poco a poco, pero mejorando al fin y al cabo. Sobre todo porque esto del correr es muy duro y sacrificado para un simple aficionado como yo.
Por eso quiero destacar lo que ha hecho Gebreselassie. Ha corrido más de 42 kilómetros a una media de 2 minutos y 56 segundos. Yo no es que sea incapaz de hacer eso, sino que ni siquiera consigo correr un solo kilómetro a 3 minutos; lo intento en mis series, pero me resulta casi imposible bajar de 4 minutos.
Por eso quiere reivindicar aquí tanto la figura de Haile como la de los sufridos maratonianos que, siendo los protagonistas de la prueba rey del atletismo, siempre pasan casi desapercibidos en los grandes eventos deportivos. Un ejemplo, el último, las recientes olimpiadas de Pekín.
Para acabar, os dejo las fotos de Haile, tras ganar ayer en Berlín, (cómo llegó)... frente al cómo llegué yo en mi primera, y hasta ahora, único maratón que he corrido. Fue en Ciudad Real, en el año 2003, y tardé 3 horas, 55 minutos y 50 segundos, es decir, en ese tiempo Gebreselassie correría casi dos veces esa distancia.