jueves, 27 de febrero de 2020

Sorprendido y encantado

Tanto Juan Armenteros como Cayetano coincidieron en el día de la presentación de En la sala de espera (Quintana Garzón, Rafael. El ojo de Poe. 2019) que les había sorprendido que el bueno de Rafa hubiera escrito algo así. Cuentos para niños, cuentos fantásticos salidos de la mente y la pluma de una persona que no aparenta ese tipo de escritura. Tras leerlo, coincido con ellos.
Rafa Quinta es un periodista que lleva toda la vida contando lo que pasa en su tierra: Jaén. Es un escritor de noticias que después cuenta a través de RNE, de la actualidad, con rapidez, sin tiempo para pararse a pensar demasiado.... un notario del día a día.
En la sala de espera es todo lo contrario. Como indica el subtítulo, se trata de ocho cuentos sin azúcar añadido.
El hilo conductor de las ocho historias es el lugar donde se cuentan: la sala de espera del médico. Pero también coinciden las personas a quienes se les cuentan: niños.
Si me hubieran dicho que Rafa Quintana iba a escribir un libro, me habría jugado la mitad de mi reino a que sería una historia relacionada con la actualidad, de denuncia social, de trama política... pero jamás unos cuentos.
Me sorprende eso, pero me sorprende aún más lo bien que lo hace; incluso me siento identificado tanto ocupando el papel de narrador como el de quien escucha. Creo que Rafa es algo mayor que yo, pero juraría que somos casi de la misma quinta; quizá sea por ello por lo que siento mías sus historias: he imaginado en multitud de ocasiones una pared que se abre descubriéndome una cueva secreta secreta llena de fantasía; que me meto en el interior de alguien y vivo su momento a la vez que la otra persona vive el mío; quién no ha hablado alguna vez al revés.... ¡¡¡si lo hicieron hasta en un capítulo de Verano Azul!!!
Se trata de historias increíbles que se hacen mágicas cuando algún elemento apunta a que podrían ser reales... siempre en la mente de un niño, por supuesto, que es donde más pureza podemos encontrar, en los niños independientemente de cuál sea su edad.
Cuando empiezo a leer, y una vez me repongo de mi sorpresa, quiero leerlos todos sin parar, pero me obligo a leer uno al día para disfrutarlos de manera más intensa, saboreando el del momento pero también el que llegará al día siguiente... quizá con la esperanza de que nunca acabe, y pese a que se anuncian ocho cuentos sin azúcar añadido, "ojalá tras la última página, al pasarla, encuentre otra donde empiece otro cuento; y después, otro; y otro, y otro...".
Sorprendido e identificado. Así me siento. 
Enhorabuena, Rafa. Ya estoy esperando el siguiente.

lunes, 24 de febrero de 2020

Expectativas no cubiertas

Casi nunca me parecen bien las películas que acaban llevándose un Oscar. Es más, los gustos de los críticos entendidos en cine, y los míos, suelen ser muy diferentes. Quizá porque yo no soy un entendido, pero mi intención no es sentar cátedra sino simplemente ir al cine y expresar qué me ha parecido.
Por eso, suelo jugar habitualmente a ver las grandes candidatas a numerosos Oscars para después confirmar nuestra diferencia de gustos.
Esta fue la razón que me llevó a ver 1917. Nominada a 10 Oscars, y tras triunfar en numerosos y prestigiosos festivales de cine, la película era una de las grandes aspirantes a todo. Así lo confirmé cuando llegué a la sala de cine y estaba casi a tope. Es algo que no suele ocurrirme, y en esta ocasión quería decir algo.
La trama transcurre en plena Primera Guerra Mundial. Dos soldados británicos reciben la misión de cruzar la línea de frente, y detener el ataque previsto de otra unidad británica en la que, por cierto, se encuentra el hermano de uno de nuestros protagonistas.
Se trata de evitar la muerte del hermano, pero también de sus casi 2.000 compañeros porque el ataque es una trampa del ejército alemán, y en caso de que el mensaje no llegue a tiempo, sería una masacre.
El hermano de quien puede morir no duda en emprender de inmediato la misión, pese a las muchas dudas de su acompañante. Parece un suicidio, y de hecho casi lo es. Pero cumplen órdenes y también la obligación de salvar, o al menos intentarlo, al hermano.
Esa es una de las constantes que vemos en la película, el dilema entre seguir hacia adelante pese a que la razón dice que es una locura, y la obligación de hacerlo por ese vínculo familiar, por la fuerte amistad entre los dos soldados en misión, por el deber de hacerlo para con sus compañeros y su país, por la necesidad de perpetuar la vida frente a la sin razón nazi...
Se hablaba tan bien de la película, que a mí acabó decepcionándome. Las casi dos horas de cinta dan para mucho, también para desesperarse un poco. 
Hay momentos de gran nivel, pero también desconcertantes, otros surrealistas, cómicos, desesperantes, agónicos, heroicos...
La película es un poco una locura. También el final.

viernes, 21 de febrero de 2020

Llega el relevo: Saucony Triumph ISO y Asics RoadHawk FF

Hace unos días jubilaba las zapatillas con las que he venido corriendo desde hace más de un año (pulsar AQUÍ para ver catite). Y como dice el viejo proverbio chino: "A rey muerto, rey puesto". Ya ha llegado el relevo.
Mantengo el sistema, es decir, unas zapatillas para los entrenos, y otra para las competiciones y las series más exigentes.
Si para entrenar mi última opción fueron las Asics Gel Glorify 3, sus sustitutas son ahora las Saucony Triumph ISO. Zapatillas de mucha amortiguación, de total confianza para corredores algo pesados y de ritmos no demasiado rápidos.
Para la competición y días de series apretás me he decantado por las Asics RoadHawk FF (sustitutas de las Brooks Launch 3). Según dicen los papeles, son adecuadas para mis condiciones físicas y fisiológicas, y para alcanzar mis objetivos deportivos.
En principio, cambio unas zapatillas por otras del mismo estilo.
Ya os contaré si es así, y cómo me va.

lunes, 17 de febrero de 2020

Tercera carta de un trabajador de Ondajaén a Julio Millán

Excelentísimo Señor (siga entendiéndose como fórmula de cortesía) Julio Millán, Alcalde de Jaén:
Empiezo a sentirme como el coronel de Gabriel García Márquez, pero al revés, es decir, él no tenía quien le escribiera, y yo no tengo quien responda a mis cartas. Pese a ello, y porque no disminuye mi preocupación sobre la gestión que usted está haciendo en el caso Ondajaén RTV, voy a seguir practicando hacia su persona el género epistolar con la esperanza de que todo salga bien.
En su actuación en el tema llama poderosamente la atención que justifique la presentación de un ERTE, primero, y un ERE, después, en la causa de fuerza mayor que fue el incendio de las instalaciones de Ondajaén, y sin embargo de cara a la opinión pública se dedique a publicitar otras razones para sustentar el cierre del servicio y el despido de la plantilla tales  como el excesivo gasto, la mala gestión, los sueldos altos, el ser un servicio impropio de un ayuntamiento, el ser un medio al servicio del PP...
Es decir, al ciudadano le dice usted una cosa, y al juez, otra. El Sentido Común me dice a mí que se trata de una estrategia errónea porque esto -tiene toda la pinta- lo va a resolver un juez, y aunque usted intente utilizar fuegos artificiales para engatusar a su señoría, en este ámbito el artificio sobra, y lo que cuenta son los hechos, la legislación y la jurisprudencia. Por lo que ese doble juego que usted está practicando le puede salir más caro de lo que creo ha calculado.
A pesar de todo, y dejando el ámbito judicial para los jueces y los abogados, voy a ir centrándome en esta y en mis próximas cartas en esos otros aspectos que usted esgrime para hacer ver a la ciudadanía que está actuando bien cerrando Ondajaén RTV y despidiendo a sus trabajadores.
Hoy quisiera entrar en esos 60 millones de euros de déficit que usted asegura ha generado Ondajaén en sus casi 20 años de vida.
Entiendo que no es una cifra rigurosa, y sí obtenida de la sencilla operación de multiplicar los casi 3 millones de euros de presupuesto anual de la cadena por los casi 20 años de existencia que tiene. Obtenemos pues 60 millones de euros de déficit que forman parte de los casi 700 millones de euros que conforman la deuda del Ayuntamiento de Jaén.
No seré yo quien entre a cuestionar si la cifra es correcta o equivocada. No tengo datos para posicionarme ni en un sentido ni en otro. Por tanto, y para que vea mi buena voluntad, la daré por buena.
Usted mismo, su concejal de Presidencia África Colomo, su concejal de Personal Carlos Alberca, e incluso su socia de gobierno María Cantos, han usado este dato para hacer entender a los jienenses que es positivo acabar con Ondajaén: 60 millones de euros de deuda.
Lo curioso es que reconocen también que esa deuda ha sido provocada por la mala gestión que se ha realizado en Ondajaén, y cualquier persona con dos dedos de frente -incluidos ustedes- entiende perfectamente que la gestión de una empresa (llamemos así tanto a lo público como a lo privado) no es competencia del trabajador sino del empresario/dirigentepúblico. Es decir, si un empresario gestiona bien su empresa, tendrá resultados positivos; pero si la gestión es mala, los resultados serán negativos. Los trabajadores son un engranaje más de esa maquinaria.
Fíjese que hasta su concejal Alberca, en la reunión mantenida hace unos días con los trabajadores, reconoció que en esa malísima gestión "vosotros -los trabajadores- no tenéis culpa ninguna", dijo.
Ante tales elementos surge una fácil pregunta: si los trabajadores de Ondajaén no tienen la culpa de haber generado 60 millones de euros de déficit en 20 años sino que los culpables han sido los políticos que han dirigido la empresa en esas casi dos décadas, ¿por qué Julio Millán castiga a los trabajadores por lo que hicieron los políticos?
En fin. Vayamos a lo concreto.
Estos días hemos podido ver en redes sociales unas facturas que indican que Ondajaén pagó varios miles de euros cada semana por retransmitir partidos en diferido del Real Jaén. ¡¡¡¿¿¿Varios miles de euros por un partido de fútbol en diferido???!!! No sé si las cifras son exactas, o no, pero lo que sí le aseguro es que aquello ocurrió porque los trabajadores de Ondajaén lo criticamos abiertamente cuando supimos que se estaba produciendo. Nos parecía una barbaridad que se pagara un solo euro por retransmitir un partido en diferido. Era una mala gestión empresarial por cuanto generaba un costo (al parecer abultado) perfectamente prescindible, y sobre todo porque no había retorno económico alguno.
Una de las teorías que se difundieron por aquel entonces era que el Ayuntamiento había encontrado la fórmula de financiar al Real Jaén de "manera legal": a través de Ondajaén. Ya digo que era algo de lo que se decía en los mentideros futbolísticos, políticos y empresariales de la ciudad. No sé si era cierta, o no, pero también le aseguro que yo fui testigo, en el Estadio de La Victoria, de algo que me llamó la atención en el momento, y que después me llamó más todavía la atención cuando me enteré de esta historia de la emisión de partidos en diferido. 
Entrando yo por las oficinas de La Victoria un día de partido, vi cómo el presidente del club entraba corriendo y visiblemente exaltado llamando a cuantos miembros de su directiva encontraba a su paso. Les invitó a ponerse casi en estado de revista porque venía alguien importante. Me sorprendí por la escena, y esperé hasta conocer quién era la autoridad en cuestión. Se le ofreció una recepción casi de Jefe de Estado de esas que vemos por la tele y en las películas. La importante autoridad era un consejero y vicepresidente de la Junta de Andalucía, de poca estatura, pelo escaso en la cabeza, pero sí poblado y famoso bigote que algunos años después se quitó.
¿Serían ciertos aquellos rumores de la financiación municipal al Real Jaén a través de Ondajaén?
Creo sinceramente, señor Julio Millán, que un responsable público de altura no se dedica a castigar a los trabajadores por lo que hicieron sus superiores, sino que investiga aquella gestión, y procura depurar responsabilidades entre quienes la llevaron a cabo.
Eso es ser valientes, pese a que la alcaldesa de aquella época fuese la socialista Carmen Peñalver, y el presidente de Ondajaén fuese también el socialista Manuel Fernández Palomino, hoy senador por el PSOE de Jaén.
También recuerdo que en otra época, en Navidad aunque no podría precisarle el año, igualmente fue famosa la retransmisión de la Cabalgata de Reyes. Y lo fue porque el Ayuntamiento de Jaén, en lugar de utilizar a los trabajadores de Ondajaén -tal y como se había hecho hasta entonces, y como se hizo después-, contrató a una productora. Es decir, los trabajadores de la radiotelevisión se quedaron en los estudios viendo por la televisión cómo una productora -cobrando de las arcas municipales- realizaba su trabajo:  la retransmisión de la cabalgata, y para más inri ésta se emitía a través de la propia Ondajaén.
Las facturas de aquella acción no han trascendido públicamente, pero seguro que están en el ayuntamiento. Señor Julio Millán, ¿por qué no las busca, comprueba si lo que se hizo fue correcto, o no, y si ve indicios de algún delito le pide responsabilidades a quienes malgastaron el dinero público en lugar de castigar ahora por ello a los trabajadores? Hágalo sin importarle que ocurrió en una época en la que la alcaldesa de Jaén era la socialista Carmen Peñalver, y el concejal que ejecutó la acción fue el también socialista José Montané.
Le pongo el acento sobre estos dos hechos porque se hicieron bajo la gestión de un gobierno socialista, su partido, ese al que usted pretende castigar pero dándole la patada en el culo de los trabajadores de la empresa. 
Aunque no crea que sólo el PSOE lo hizo mal, por supuesto que también hay casos en las épocas del PP... no tiene más que tirar de la manta porque usted, en estos momentos, puede hacerlo ya que es el alcalde de Jaén. Actúe contra la mala gestión del dinero público, sin importarle el color de quien lo haya hecho. Eso es ser valiente.
Por cierto, en la búsqueda de responsables haga también autocrítica. Incluya también sus meses de gestión. En concreto, la San Antón 2020, esa en la que usted dejó en sus casas a los 46 trabajadores de Ondajaén RTV, pagándoles la nómina, y para hacer su trabajo contrató a una productora. ¿Es eso un ejemplo de la buena-nueva gestión que usted pretende, o es la continuación de lo que hicieron otros?
No podemos pretender pedir justicia si la injusticia parte de nosotros mismos.
Señor Julio Millán, sea valiente. Investigue o haga que se investigue quiénes son los responsables de la mala gestión de Ondajaén, y pida responsabilidades por ello. Pero, por favor, no quiera castigar esas acciones culpando a los trabajadores (despidiéndolos) y a los ciudadanos (dejándolos sin el servicio, donde se encuentra la única televisión local de la ciudad de Jaén).
Señor Julio Millán. Sea buen gestor de los intereses de los ciudadanos, y no de las prioridades de los partidos políticos.
Rectifique. Está a tiempo.

viernes, 14 de febrero de 2020

Una historia como excusa para decir cosas

Hans es un soldado alemán que participa en la Primera Guerra Mundial. Decide dejar su fusil y correr porque la guerra no es para él. Se trata de un maestro de literatura de 31 años reconvertido en soldado.
Corre al año 1914, está en los alrededores de Bélgica, y desde ahí emprende una huida marcada por la incertidumbre porque no sólo no sabe si podrá llegar a la ciudad de Gotland, en Suecia, donde vive un hermano de su madre, a quien nunca ha visto; y tampoco tiene la seguridad de que lo acoja. Pero no importa. Más vale correr el riesgo que seguir en aquel infierno.
El libro tiene por título el nombre de su protagonista: Hans (Mariscal, Javier. Libros Indie. Torrelavega. 2019). Y cuenta las peripecias que vive Hans hasta llegar a su destino. En un momento se encuentra con una mujer que vive sola, y pese a que conviven pocos días, parece que el amor surge entre ellos; pero Hans debe seguir su camino, y la despedida suena a la de unos enamorados hasta las trancas.
Un matrimonio de ancianos también se cruza en su camino. Hans les recuerda a su hijo fallecido, y le piden que se quede con ellos un tiempo para que descanse. Hans se siente cómodo siendo hijo, y ellos vuelven a ver la luz recuperando la paternidad perdida.
Un mago es compañero de viaje durante algunas jornadas, y la amistad surgida es tan fuerte que éste le pide que se quede con él. Pero Hans continúa su viaje.
Hasta que llega a Gotland y allí, además de a su tío, encuentra a su tía, a la madre de ésta, y a un peculiar grupo de amigos/vecinos con los que interacciona para averiguar si el lugar al que ha llegado es "su lugar en el mundo".
Hans es la segunda obra de Javier Mariscal, compañero de clase en la Universidad de Ciencias de la Información de Sevilla, y como podéis imaginar es por ello por lo que decidí leerlo.
Echo de menos la habitual fotografía y datos personales de quien escribe el libro. Y me genera una gran curiosidad el hecho de que el primer capítulo tenga por título un número (0:01), y desde el segundo hasta el final es una letra: la j, la u, la n, la y, la q, la m.... y así hasta hans, que es el título del último capítulo. ¿Por qué será? ¿Tendrá algún sentido, algún objetivo...? Hasta he ido leyendo el libro apuntando en un papelito cada letra por si al final se podría leer alguna frase, un mensaje... en fin, algo; pero no, nada de nada. O, al menos, yo no lo he encontrado. A ver si tengo la oportunidad de preguntárselo al bueno de Javi.
Volvemos al contenido.
La historia transcurre casi sin transcurrir, desesperadamente lenta. La expresión de sensaciones, sentimientos, pensamientos... es lo más importante que la propia trama. Me da la sensación de que el viaje de Hans es una excusa para encontrar a los personajes o situaciones que el autor necesita para expresar algo. Un ejemplo: "Tendió la mano, huesuda, también larguirucha como sus comisuras, silenciosa como los pasos interrogantes de su mirada, y juntó su mejilla a la de Hans con un beso suave como el último sorbo de un té de ciruelas".
¿Es esto prosa? ¿No parece poesía?
Fijaos cómo empieza uno de los capítulos: "El silencio a oscuridad ha vuelto".
O, por ejemplo, cómo define sentimental: "Cuando la piel se te vuelve de cristal y temes que el dolor de otro te arañe las entrañas. Creo que eso es ser sentimental...".
¿Y sentirse solo? ¿Qué es para Hans sentirse solo?: "Sentirse solo es quemarse con el frío. Bailar cuando la orquesta interrumpe su música. Pedir al silencio que deje de hablar tan alto. Tan alto con cada bocanada de humo. Y nada de sueño".
A mí no me gusta, o al menos no demasiado, la poesía. Pero todo esto que escribe Javi me conmueve.
Quien busque una gran historia, que no lo lea el libro porque no la va a encontrar.
Quien busque reflexiones, este es su momento.
Acabo con otra cita: "Sin prólogos. Desde la primera vez que nos conocimos todo había sido directo. Lo que queríamos decir lo decíamos, sin paracaídas. Sin palabras de más. Sin decorado".
¡¡Jejejeje!! Hans es todo lo contrario.
Por cierto, Tragalluvias es el primer libro de Javier Mariscal. Habrá que leerlo.

jueves, 13 de febrero de 2020

En el Día de la Radio, radio local (un año más)

No, no soy original con el título. Es el mismo que utilicé el 13 de febrero de 2019 para hablar del Día Mundial de la Radio que se celebra hoy.
Lo repito porque entiendo que es necesario hacerlo. Y creo que lo es porque un año después la radio local sigue siendo la hermana pobre de ese medio tan necesario.
Hay quien cuestiona su salud, otros la dan por muerta en poco tiempo, he conocido versiones que la sitúan en los viejos medios de comunicación que no tienen futuro... Sin embargo yo la veo con tanta vida, o más, que siempre.
Ya se dijo que moriría la radio cuando llegó la televisión, y ahí la seguimos teniendo. Y creo sinceramente que la seguiremos teniendo.
Tiene retos, por supuesto, y quizá el más importante sea la adaptación a los avances tecnológicos, pero eso no es algo que afecte únicamente a la radio sino que es la gran asignatura pendiente de todos los medios de comunicación.
Algún estudio importante de algún organismo importante publicado recientemente indica que el futuro de los medios de comunicación pasa por lo local, por las pequeñas redacciones, por estar cerca del ciudadano contándole las historias que pasan en su entorno más cercano. Y en eso la radio no tiene nada que aprender de nadie, sino todo lo contrario. Es la única forma de diferenciarse de los demás, de ofrecer algo distinto a los grandes temas manidos de carácter nacional e internacional, que más que informar a la ciudadanía lo que provocan es hartazgo y aburrimiento.
Veo con tristeza que la radio local sigue siendo la gran marginada. Las grandes cadenas quitan cada vez más tiempo a las desconexiones locales para emitir en cadena desde puntos autonómicos o nacionales. Es más rentable, en lo económico, pero mucho menos rico en lo creativo. Pero, como dice el refrán, "donde manda don dinero no manda marinero"
Por eso, en un día como hoy sigo reivindicando la necesidad de apostar y potenciar la radio local. Y ahí pueden y deben jugar un papel vital las radios públicas. Ese componente de medio público es el que te permite ofrecer cosas interesantes pese a que no sean rentables desde un punto de vista económico. Que no se preocupe nadie que si algo es susceptible de generar dinero, ahí habrá siempre una empresa privada. Pero si la rentabilidad es social en lugar de verse reflejada en la cuenta corriente, o llega lo público o no llega nadie.
Para acabar, quisiera tener un recuerdo para Ondajaén Radio. La radio pública de Jaén dejó de emitir el 6 de agosto del año 2019. Un delincuente intentó callarla (también a la televisión) y casi lo consigue; su acción quemó únicamente dos despachos, pero tuvo suerte porque fue el alcalde de Jaén, el socialista Julio Millán, quien acabó su trabajo. El pirómano no logró provocar un fuego de la suficiente intensidad que acabara con todas las instalaciones de la cadena local, pero Millán finalizó su trabajo decidiendo el cierre de la radio y televisión municipal.
Hoy es un día alegre para quienes amamos un medio de comunicación cuyo día se celebra este 13 de febrero. Pero también triste porque un dial fue callado por razones políticas hace algo más de seis meses, y así sigue.
En el Día de la Radio, ¡¡Viva la Radio!! También Ondajaén.

martes, 11 de febrero de 2020

El drama de la emigración, y algo más

Reconozco que he ido a ver Adú por Anna Castillo.
Adú es un niño camerunés de seis años que se ve obligado a marcharse de su país. Emprende el viaje, junto a su hermana mayor, rumbo a España, lugar al que su padre se marchó anteriormente. Adú representa el drama de la inmigración, esos millones de personas que cada año abandonan sus hogares en busca de algo tan simple como poder vivir. Pero no es fácil ni el camino ni llegar al destino.
Personas que se juegan la vida por vivir a nuestro lado, mientras nosotros no valoramos lo que tenemos, y nos refugiamos en las drogas, el alcohol y los excesos como acto de rebeldía ante los problemas, "nuestros problemas" que en realidad serían un chiste para Adú. Eso es lo que hace Anna Castillo. Encarna a una joven hija de padre adinerado, cuya relación no va ni bien ni mal... simplemente no va. Luis Tosar (el padre) no consigue enderezar esa relación con su hija, bueno ni con su hija ni con ninguna otra persona pues su pasión son los elefantes; tiene una Organización para ayudarles y quizá hacer con ellos lo que ve imposible conseguir con el resto de la humanidad.
Entre ambas historias se narra una tercera: el complicado trabajo de unos guardias civiles destinados en Melilla, y que cada día se enfrentan casi sin recursos a los continuos intentos de salto de la valla.
Adú nos ofrece dos mundos, o dos visiones de un mismo mundo. Es el drama de la inmigración, pero también el de las relaciones personales.
Muy interesante de ver, pero no es para reír.

lunes, 10 de febrero de 2020

Segunda carta de un trabajador de Ondajaén a Julio Millán

Excelentísimo Señor (entiéndase como fórmula de cortesía) Julio Millán, Alcalde de Jaén:
Hace un tiempo, preocupado, le escribí una carta (pulsar AQUÍ para acceder a ella). Hoy, casi seis meses después, vuelvo a escribirle más preocupado todavía.
Mi preocupación nace y se incrementa ante la gestión que está usted realizando en torno a Ondajaén RTV, la radiotelevisión municipal de Jaén cuyas instalaciones fueron incendiadas (dos despachos) de manera intencionada (así lo dijo la Policía Científica de la Policía Nacional), y eso lo aprovechó usted para dos cosas: cerrar la cadena e intentar despedir a los trabajadores.
No entiendo mucho ni de leyes ni del Estatuto de los Trabajadores, pero el Sentido Común me dice que lo que usted está haciendo no tiene ni pies ni cabeza. ¿Sabe por qué? Se lo explico.
Entiendo y comprendo que una persona pueda equivocarse. Tiene una idea, una creencia, unos argumentos que la sustenta, y defiende su posicionamiento contra viendo y marea, ante quien haga falta y contra toda fuerza que se ponga en su camino. Después puede encontrarse alguna fisura en su planteamiento, un error... y pierde la batalla. Pero cae creyendo en lo suyo y en él mismo.
Usted, sin embargo, ha cambiado de argumentos mil y una veces en los más de seis meses que lleva intentando convencer a quien quiera creerlo que lo está haciendo bien cerrando Ondajaén y despidiendo a sus trabajadores.
Un día dijo usted que los trabajadores no eran empleados públicos. Otro día tuvo que rectificar, y a día de hoy puedo mostrarle un documento reciente del Ayuntamiento de Jaén, firmado por el concejal de Personal, diciendo que soy Personal Laboral Indefinido desde hace años.
Otro día dijo usted que la RadioTelevisión era muy cara, y que el Ayuntamiento más endeudado de España no podía permitírsela. Sin embargo, no ha dudado en gastarse en cargos de confianza y gerentes en el Ayuntamiento de Jaén más de lo que suponen las nóminas de los trabajadores de Ondajaén.
Otro día dijo usted que Ondajaén dedicaba el 80% de su tiempo a hablar del Partido Popular, y utilizaba para defender su tesis un informe del Consejo Audiovisual de Andalucía. ¿Sabe qué le digo? Que tenía usted razón al denunciar eso, porque ocurría cuando el Ayuntamiento lo gobernaba el PP. Lo que no entiendo es por qué no se hizo eco de los datos del Consejo Audiovisual referidos a los años en los que era el PSOE (su partido) quien gobernaba el Ayuntamiento. Bueno, sí sé la razón; porque decía lo mismo, pero entonces era el PSOE quien manipulaba, y quizá eso no le interesa a usted reconocerlo. 
Otro día dijo usted que Ondajaén ha generado un déficit en el Ayuntamiento de 60 millones de euros a lo largo de sus casi 20 años de historia. No sé si la cifra es correcta, o no, pero se la doy por válida. También a los trabajadores nos ha parecido siempre una barbaridad que no se intentaran conseguir ingresos, pero nunca quisieron los dirigentes. Tampoco entendíamos gastos sin sentido, pero lo decidían los de arriba, y punto. ¿Tenemos que pagar ahora los trabajadores por lo mal que lo hicieron los políticos, políticos como usted?
Otro día dijo usted que los trabajadores de Ondajaén tenemos unos sueldos muy altos, y sin embargo un A1 de Ondajaén tiene la misma nómina que un A1 del Ayuntamiento, y lo mismo ocurre con los B1, C1, etc.
Otro día dijo usted que una radio y una televisión no son competencias propias de un ayuntamiento. Sin embargo, para que la reciente Carrera de San Antón se pudiera ver por televisión, usted contrató a un productora para que grabara las imágenes, y llegó a un acuerdo (no sabemos si también pagando) con Canal Sur para que lo retransmitiera. Es decir, cierra una televisión porque dice que no es competencia propia suya, y se convierte usted en televisión.
Otro día dijo usted que los trabajadores de Ondajaén entramos en la radiotelevisión sin pasar los preceptivos procesos selectivos. Y usted bien sabe que entramos por la misma puerta que han entrado en los últimos 30 años los más de 800 laborales indefinidos que hay en la casa, es decir, unos por currículo, otros tras años de becarios cobrando una miseria, otros tras años de ser falsos autónomos, otros porque los llamaron desde el INEM...
Podría seguir, pero lo voy a dejar aquí. 
¿Sabe qué es lo mejor de todo? Que usted pone un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) y después un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) basándolo en el incendio. Es decir, no en todo lo que han proclamado a los cuatro vientos, sino en el incendio. Donde se han quemado dos despachos; donde hay un seguro que ha intentado pagar en varias ocasiones y ustedes no han querido cobrar; donde no hay ningún informe (¡¡¡MÁS DE SEIS MESES DESPUÉS!!!) que indique en qué situación están las instalaciones y el equipamiento técnico... Y lógicamente por todo esto le han echado para atrás ambos expedientes.
Decía la Inspectora de Trabajo que emitió el informe contundente diciendo "no" a su ERE, que "todo esto es muy turbio". Yo, sin embargo, discrepo con ella. Sí, porque aquí no hay nada turbio sino que todo está claro-clarito-clarinete: una directriz política ha motivado el cierre de Ondajaén y el intento de despido de sus trabajadores usando el incendio como excusa.
No sé si usted tomó la decisión, si se hizo de manera colegiada, o si simplemente se la ordenaron, pero lo cierto es que es usted quien la está ejecutando. 
Fíjese lo que le voy a decir. No me importa que me despida. Bueno, sí que me importa, pero si quiere hacerlo, hágalo. Nos veremos en los tribunales, y que un juez diga si es usted quien tiene la razón, o soy yo. No me importa que entremos en el siempre enrevesado e imprevisible ámbito judicial, y que éste pueda prolongarse hasta tres años; asumo la dificilísima situación personal que me tocaría afrontar, pero, si lo tiene claro, hágalo. Ya veremos qué pasa.
Pero también le pido por favor que reabra Ondajaén RTV. Desmárquese de la mediocre clase política española de los últimos tiempos: rectifique.
No deje a mi madre, ni a la suya.... no deje a nuestros mayores sin poder ver la Semana Santa de Jaén por la televisión. Si no la ven ahí, no podrán hacerlo en ningún sitio porque si no lo hace Ondajaén, nadie más lo hará; así ocurrió con la Feria de San Lucas, y también iba a suceder con la Carrera de San Antón (usted lo evitó convirtiéndose en televisión). Rectifique ahora que está tiempo, y no deje a los padres y madres de esta ciudad sin ver a sus hijos en las competiciones deportivas de todo tipo en las que participan. Permita que los aficionados al Real Jaén, al Jaén FS, al baloncesto, al balonmano, a la esgrima, al atletismo... que vuelvan a ver y oír en su radiotelevisión a los deportistas jienenses. Permita que colectivos sociales, vecinales, empresariales, culturales, juveniles, profesionales, musicales... tengan la posibilidad de promocionarse sin tener que gastarse un dinero que no tienen.
Eso es servicio público. Eso es lo que hacía Ondajaén hasta que usted decidió que dejara de hacerlo. 
Rectifique. Sea un buen gestor de los intereses de los ciudadanos, y no de las prioridades de los partidos políticos. 
Nosotros no nos vamos a rendir. Sigue estando en su mano.

viernes, 7 de febrero de 2020

La Historia con nombres y apellidos

Ya lo leí hace tiempo, me resultó interesante, y este pasado año 2019 he vuelto a él. Hablo de 365 días para ser más culto. Todos los personajes de la historia que debes conocer (Kidder, David S. y Oppenheim, Noah D. Ediciones Martínez Roca. Madrid. 2014).
Se trata de un obra en la que nos presentan a los 365 personajes que pueden ser los más importantes de la Historia de la Humanidad. Son 365 porque la idea es leer uno al día, y eso lo hacen posible los autores dedicando únicamente sólo dos páginas a cada uno de ellos; si después alguien quiere profundizar en alguno de ellos, que lo haga por su cuenta. Creo sinceramente que ese es uno de los objetivos de los autores, es decir, llamar la atención sobre la Historia, y que sirva como punto de partida para un mayor profundización posterior. Yo lo he hecho en algún caso.
El libro es gordo (749 páginas) pero amable, divertido y entretenido porque sólo lees dos páginas al día, viajas a épocas, sociedades, civilizaciones, ámbitos... muy distintos.
Los 365 personajes están divididos en cinco grandes bloques: Innovadores, Villanos, Escritores y Artistas, Rebeldes y Reformadores, y Predicadores y Profetas.
El primero que aparece es Keops, el faraón del antiguo Egipto, y el último, Benazir Bhutto, primera ministra de Pakistán. Entre ambos hay de todo como Pascal, Velázquez, Óscar Wilde, Juana de Arco, Alejandro Magno o Jesucristo.
Esta lista de personajes, como cualquier otra que pueda hacerse, es discutible porque seguramente no habría unanimidad, y cada uno tendríamos a nuestros 365 personajes más importantes de la Historia. Quizá los autores del libro han tenido esa idea, pero a mí me ha resultado especialmente interesante porque me he aproximado a nombres que ni siquiera sabía que hubieran existido, y por otra parte he profundizado brevemente en otros famosos sí reconocibles pero de los que desconocía casi todo.
De todos los que aparecen, me han llamado especialmente la atención cuatro. Geofrey de Monmonth me ha dejado helado al enterarme de que el Rey Arturo no existió, ni Merlín, ni Excalibur, ni la Mesa Redonda.... ¡¡Qué decepción!!
Otro nombre que me he hecho ilusión que estuviera aquí es Fibonacci, a quien descubrí en la película El Código Da Vinci por su famosa serie numérica.
También me gustaron Cai Lun (inventor del papel) y Boadicea (reina celta).
Creo que es recomendable un libro así para degustarlo todos los días, poquito a poco, y con una temática tan diferente como lo son sus 365 personajes.
Por cierto, ¿sabéis cuantos españoles aparecen? Si no me equivoco, son 12: Séneca, Adriano, Averroes, Maimónides, Bartolomé de las Casas, Torquemada, Cervantes, Isabel la Católica, Velázquez, Ignacio de Loyola, Teresa de Ávila, Francisco de Goya, y Picasso.
De tener que hacer vosotros un libro así, ¿a quién incluiríais? Difícil, ¿verdad?
Echadle un vistazo al libro... ¡¡y jugad!!

jueves, 6 de febrero de 2020

A los seis meses del cierre de Ondajaén RTV... ¡¡SEÑALES!!

Hoy, 6 de febrero del año 2020, se cumplen seis meses del cierre de Ondajaén, la radiotelevisión municipal de la ciudad de Jaén.
Fue en la madrugada del 6 de agosto de 2019 cuando alguien (así lo dijo la Policía Nacional) pegó fuego en un despacho, se vieron afectados dos más, y el alcalde de Jaén utilizó el suceso para cerrar la cadena.
A lo largo de estos seis meses se han dado numerosas razones para justificar el cierre, pero lo cierto, lo que hay detrás de todo este asunto, es que un político decidió cerrar un medio de comunicación, y así se ha hecho.
Otro día hablaremos de eso, pero hoy no. Hoy quiero contaros otra cosa.
Todos los trabajadores de Ondajaén tuvimos la oportunidad de acudir a las instalaciones para, bajo supervisión de la Policía Local, recoger nuestros enseres personales. Yo lo hice a finales del pasado mes de noviembre, y no fue agradable. 
Nada más llegar a Vaciacostales (que es el lugar donde están los estudios de Ondajaén) me encontré con otros compañeros que, o ya habían recogido sus pertenencias, o estaban esperando para hacerlo. Pero en el justo momento en el que yo llegaba a la puerta principal salía con varias cosas mi compañero Rafa Rus. En una de sus manos portaba un cuadro de la película Ciudadano Kane. Me encanta la película, y estaba enamorado del cuadro; de hecho, se lo he pedido un millón de veces desde que apareció con él en Ondajaén, pero nunca conseguí que me lo regalara. Y ese día, cuando él salía y yo entraba, nada más verme se acercó a mí y me entregó el cuadro. ¡¡Joder!! Si ya es duro acudir a donde iba, y por lo que iba, los sentimientos se incrementaban con ese detalle.
Pero el cuadro, ese día, contaba más, mucho más, de lo que lo había hecho antes. Es la fotografía de arriba. Miradla. Hice la foto nada más tenerlo. La franja negra que se aprecia en la parte inferior no es un defecto de la cámara de fotos, ni la sombra de un árbol o un coche próximo, ni nada por el estilo. Es simplemente hollín.
Mirad de nuevo la fotografía. En ella tenéis a uno de los periodistas más poderosos del mundo, en uno de sus momentos de máximo esplendor... Cierto que Kane tuvo actuaciones más que discutibles, pero en el fondo y sobre todo representa el PERIODISMO, la necesidad que cualquier sociedad tiene de él para no verse sometida por los malos. De hecho, una constante en la Historia de la Humanidad es el control de los medios de comunicación por parte de quien quiere controlar a la población.
Y en esta imagen vemos cómo el FUEGO quiere aniquilar al PERIODISMO pues el hollín ha acabado ya con un 25% aproximadamente de la fotografía.
Eso, al menos, es lo que yo veía, y por eso mismo quise hacer la foto del cuadro tal y como salió de las instalaciones de Ondajaén; por cierto, a día de hoy aún no lo he limpiado. El hollín, como agente del fuego aniquilador, sigue ahí... pero también el periodista y el periodismo.
Con el cierre de Ondajaén un político ha concluido el trabajo que inició un pirómano. Aunque hoy, seis meses después y mirando atentamente el cuadro, me pregunto: ¿De verdad ha acabado? Sigo mirando y tengo la sensación de que aún no se ha escrito la última página de esta historia.
De aquel día, además de esto que os he contado, me quedo con otra imagen. Inolvidable.
Sin pensarlo, sin tenerlo premeditado, y sin conocer la razón, siento la curiosidad de mirar por la ventana desde la que el autor del fuego realizó su trabajo. Es una ventana por la que me he asomado miles de veces, aunque esta ocasión es distinta. Es el centro de la tragedia, donde se inició el fuego, y allí el espectáculo es dantesco. Hasta el aluminio de la ventana está fundido por las altísimas temperaturas que se alcanzaron.
El mobiliario simplemente no existe, y en su lugar se pueden apreciar montones de algo negro, como si fuese la madera calcinada cuyos restos siguen allí. Está todo afectado, muy afectado, y no hay señal alguna de vida. Todo negro, sucio, trágico... dramático.
Al retirarme reparo en un detalle. Hay varios papeles en diferentes puntos de la habitación incendiada que no ardieron del todo; quedan trocitos por allí esparcidos, excepto uno que está prácticamente entero. ¿Cómo puede ser eso? ¿El aluminio fundido y un folio casi intacto?
No es normal su existencia ni tampoco el lugar en el que se encuentra: justo en el centro de la habitación, en el suelo, sobre un montoncito de restos negros de algo, y al lado del lugar en el que la Policía Científica sitúa el epicentro del fuego.
¿De qué es el papel?, me pregunto. Mi curiosidad se incrementa, lo miro con detenimiento, y compruebo que se trata de los turnos de trabajo que el responsable de Personal de Ondajaén había elaborado para que los trabajadores cubriésemos el Domingo de Resurrección de la Semana Santa de 2019. 
Me quedo casi sin habla. No sé qué pensar, aunque regresa a mi mente -reforzado- el sentimiento que había tenido unos minutos antes: aún no está escrita la última página de esta historia.
¿Son señales el cuadro, el hollín, el papel vivo, el Domingo de Resurección...? El tiempo lo dirá.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Jubilación merecida: Asics Gel Glorify 3 y Brooks Launch 3

De un tiempo a esta parte suelo usar a la vez dos tipos de zapatillas. Uno, de mayor amortiguación, para los entrenamientos diarios; y otro, más ligero, sólo para las competiciones y entrenar algunas series. Recientemente he jubilado los dos juegos que venía usando.
Hacía tiempo que no utilizaba unas Asics, de ahí que decidiera adquirirlas a ver cómo me iba con ellas. Y la experiencia ha sido más que buena. Adquirí las Asics Gel Glorify 3, y once meses y un día después dejé de usarlas tras haber recorrido con ellas 1.376,3 kilómetros. 
Creo que han sido las zapatillas con las que más kilómetros he recorrido en mi vida. Debo reconocer que estuve a punto de dejarlas algún mes antes, pero leí en algún libro que lo ideal es correr sin amortiguación, y opté por apurarlas más de la cuenta. Lo cierto es que aguantaron perfectamente esas últimas semanas, corría muy cómodo con ellas, y no las dejé de utilizar hasta que un día notaba cierta molestia en la planta de los pies.
La experiencia con las Glorify 3 ha sido muy positiva porque han sido casi 1.400 kilómetros exclusivamente de entrenamientos, unos cortos y otros largos, alguna serie, por asfalto y algo de carrileo, y siempre han  cumplido. 
Quizá sean un poquito más pesadas de lo deseable, pero es que este tipo de zapatillas -con mucha amortiguación- no tienen más remedio que pesar; de ahí que para las competiciones usara unas más ligeras. O quizá es que me estoy acostumbrando a correr con menos amortiguación y, por tanto, zapatillas menos pesadas. En cualquier caso, ya digo que mi satisfacción ha sido alta.
Los entrenamientos los he hecho con las Glorify 3, y para las competiciones he usado unas Brooks Launch 3.
Ya tuve unas Launch anteriormente, una de las mejores que he tenido nunca, de ahí que cuando pensaba que estaban descatalagodas, o tras rechazar comprarlas cuando las había visto en algún expositor por su precio prohibitido... digo que tras unos años buscándolas sin éxito, no dudé en comprarlas cuando las encontré a un precio razonable.
Ligeras, flexibles, cómodas, transpirables... ha vuelto a ser un lujo usarlas.
Las he utilizado durante un año, tres meses y 11 días, y en ese tiempo he recorrido 844,3 kilómetros. Los maratones de Alcalá de Henares, en pista de Jaén, y Bruselas, así como dos medias maratones y un sin fin de carreras de menor distancia conforman el currículo que tengo con ellas.
Lo dicho, son un seguro de vida. Modelo, sin lugar a dudas, a utilizar en cuanto las encuentre otra vez.
La única pega ha sido estética. A los pocos días de comprarlas le salió un pequeño agujerito en la zona delantera exterior, justo donde se une la puntera de plástico con la tela. Esa tela se rasgó, y el pequeño agujero se hizo un poco más grande, como un guisante, y así aguantó todo su uso. Ocurrió en las dos zapatillas. Fue algo que no influía en su uso, aunque sí le daban una fealdad que no es propia de este tipo de zapatillas.
Lo único negativo porque por lo demás, un lujazo.

lunes, 3 de febrero de 2020

Otro peliculón de Clint Eastwood

Richard Jewell es la cuarta película que San Clint Eastwood -director- realiza basándose en hechos reales sobre situaciones en las que ciudadanos anónimos han visto cómo sus vidas se movían entre el cielo y el infierno en apenas un segundo.
Antes pudimos disfrutar con El francotirador, Sully y 15:17 Tren a París
Richard Jewell tiene como referente el atentado sucedido durante las Olimpiadas de Atlanta del año 1996. Alguien colocó una mochila bomba que fue detectada por un guardia de seguridad, quien alertó a las autoridades, y aunque finalmente hubo 111 heridos y dos muertos, ese guardia, llamado Richard Jewell, evitó una tragedia.
Jewell ascendió en minutos al olimpo de los héroes, pero todo se le vino abajo cuando el FBI le investigó como posible autor de la colocación de la bomba, y una periodista del The Atlanta Journal dio veracidad a la sospecha, y el bueno de Richard fue considerado villano por todos.
Eastwood cuenta la historia a través de una durísima crítica al propio FBI y a los medios de comunicación porque, sin pruebas y quizá con el único objetivo de encontrar a un culpable de manera inminente, se cebaron con el primero que pasó por allí.
A mí me parece extraordinaria cómo nos describe la actitud siempre colaboradora de un ciudadano totalmente comprometido con su país, pese a que ese país -o al menos sus representantes- le demuestran continuamente que le quieren muerto. "¿Cómo se puede ser tan tonto?", te preguntas continuamente en la butaca. Y es simplemente porque un sentimiento no se puede elegir, y aquí el patriotismo de Jewell está en su ADN pase lo que pase. De hecho, es su patriotismo lo que le mantiene fuerte pese a los muchísimos momentos de desánimo tanto propios como de su madre cuando ven que su vida se viene abajo.
Eastwood, una vez más, se pone del lado de la víctima, jugando siempre limpio pese al juego sucio de los rivales, y alcanzando finalmente su objetivo manteniendo sus principios, que quizá sean los mismos del propio director de la película.
Una película para pensar, y mucho, porque los excesos de un gobierno, las invenciones de la prensa, o los juicios paralelos de la ciudadanía declarando culpable a alguien antes de que lo haga un juez... digo que todo esto es más habitual de lo que podamos pensar, y sin embargo seguimos sin aprender.
En fin, acabo repitiendo el título: otro peliculón de Clint Eastwood.
 
 

domingo, 2 de febrero de 2020

En el Día de la Marmota, otra vez Zapatero y el Activa

Hoy, 2 de febrero, Día de la Marmota, estamos condenados a repetir en Jaén un olvido del que me sorprendo cada año. Tuvo lugar el 17 de enero del año 2006, he esperado varios días para ver si alguien se acordaba, y una vez más ha pasado desapercibido.
El pasado 17 de enero se cumplieron 14 años de una visita histórica a nuestra ciudad y a nuestra provincia. El entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo en Jaén, en concreto en la Casería de las Palmeras, para presentar el llamado "Plan Activa Jaén Siglo XXI".
Fue el acto social del siglo, y nadie se lo quiso perder. El presidente del Gobierno demostraba su compromiso con Jaén siendo él mismo quien viniera a presentar un ambicioso Plan que permitiera a la provincia crecer a un ritmo mayor que el resto de territorios nacionales, y así reducir la diferencia que le sacaba toda España.
El Plan Activa Jaén Siglo XX consistía en dar a la provincia mucho más dinero del que recibía por parte del Gobierno de España y del Gobierno de la Junta de Andalucía; sin embargo, tantos titulares de grueso calibre y tanto sacar pecho político quedaron en nada.
Yo siempre critiqué aquello porque nadie me demostró -y lo pregunté en numerosísimas ocasiones- que realmente Jaén recibiera más dinero del que había llegado en años anteriores. De hecho, el Activa Jaén fue simplemente el nombre de un Plan que contó con los mismos euros que siempre habían llegado a la provincia, pero que ahora se concentraban bajo ese llamativo titular con el objetivo de dar una impresión de poderío totalmente irreal.
Hoy día hay quien sigue acordándose y destacando las bonanzas que tuvo aquel Plan, sin lugar a dudas motivado por la ignorancia y por la necesidad derivada de la proyección política... y lo peor es que en ocasiones esas referencias hacen fortuna entre la población, unas gentes adormecidas y anestesiadas ante tanto engaño por parte de todos. Los jienenses están tan desengañados, que ni se inmutan cuando ven burros volar. ¡Y vaya que si los ven!.
Últimamente parece que hay algo más de contestación ante una clase política tan acostumbrada a mentirles, y que no pase nada, que empiezo a vislumbrar un pequeño rayo de esperanza. Ojalá no vuelva a ser un espejismo.
Lo veremos con el tiempo. 
Acabo. ¡¡Felicidades!! Ha cumplido 14 años el Timo Jaén Siglo XXI.

sábado, 1 de febrero de 2020

Bailar

Quiero empezar reconociendo que fui contra mi voluntad a ver Jojo Rabbit. Sí. 
Vi el inicio del trailer, y al comprobar que trataba sobre un niño que asistía a un campo formativo sobre la filosofía nazi y su guerra, no me gustó nada. Cierto que el componente humorístico e irónico era alto, poniendo en más que un brete a esa ideología supremacista, pero aún así no me llamó la atención.
Eso es lo que aparecía en los primeros momentos del trailer, y al no sentirme atraído, dejé de verlo. Error. Debería haber seguido hasta el final, y me habría enterado de que, además de ridiculizar al nazismo desde la perspectiva de un niño de diez años totalmente convencido por la causa, también había otro elemento tremendamente interesante. Resulta que la madre del niño tiene acogida en su casa, escondida tras una pared en un pequeño refugio, a una niña judía.
Los judíos son los grandes enemigos del mundo, con cuernos, te leen la mente, te hipnotizan, comen carne humana... Esa es la idea que tiene Jojo, el niño protagonista, de los judíos, imagen que contrasta con lo que encuentra casualmente tras la pared.
Ahí empieza una lucha interior entre lo que sus mayores le dicen que está bien y/o mal, y lo que él empieza a descubrir si es bueno o malo.
A Jojo le surge esa gran duda, y poco a poco va descubriendo que no es el único. En el camino se va topando con el amor, con la amistad, con la realidad, con la lealtad, con la vida... y con la verdad.
Siempre se ha dicho que es muy difícil hacer reír, pero que cuando se consigue, es la mejor manera de transmitir algo. Esta película es un claro y magnífico ejemplo de ello. Desde el humor llegamos a llorar, a estremecernos, a lamentarnos, a envidiar sanamente, a odiar, a amar, a sentir lástima, a comprender.... y por supuesto a reír.
Por cierto, también bailamos.
Si podéis, no os la perdáis.