viernes, 28 de noviembre de 2014

Si no cuidas de tus clientes...

Recuerdo como si fuera ayer aquellos días de mi niñez, en mi pueblo (ejemplo de la España profunda), cuando iba a la Caja de Ahorros con mi madre. No sé exactamente si el motivo de la visita era retirar dinero -supongo que sí- u otro, pero jamás olvidaré lo solemne de la acción.
Tenía yo ocho o nueve años, y tenía que vestirme con la ropa de los domingos. Había que ir elegante (¡?) por la importancia de la visita.
Era en el entonces Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, hoy legalmente Kutxa, pero comercializada en Andalucía bajo el nombre de CajaSur. Aquello era más que un banco, y la relación entre "banquero" y cliente era mucho más que eso porque además de vecinos (en un pueblo de unos 500 habitantes), todo el mundo era conocido, amigo, confidente, asesor...
Siempre se tenía en gran estima al banco pero principalmente por lo apañao que era el único trabajador-director que tenía. Era el Jaén rural de los años 80, con sus defectos, pero también con sus virtudes -entiendo- como esta.
Mi madre abrió aquella cartilla en el año 1970. Antes de ayer la canceló. Han sido 44 años de relación comercial que han pasado a mejor vida. La oficina del pueblo ya no es lo que era porque el operario de entonces ya se jubiló, y hoy día la cosa se ha limitado a poner un cajero automático y abrir la oficina un par de días a la semana, y solo durante unas horas.
Mi madre hace tiempo que no visita aquel lugar. El residir en Jaén le ha obligado a tratar con otras oficinas y otros operarios. Se ha pasado del cajero-amigo-cliente a la relación comercial más despiadada donde no se tiene en cuenta ningún elemento subjetivo. Solo vale ganar dinero, y al cliente no le queda más remedio que pasar por el aro.
Han pasado de Don Francisco, a Paquito... y entiendo que tampoco es eso. Como en todos los ámbitos de la vida, en el término medio está la virtud. Sobre todo, amigos banqueros, desde que en la población caló aquella máxima aplicable a los empresarios de "Si no cuidas de tus clientes, otro lo hará por ti". A mi madre le ha costado trabajo, pero antes de ayer acabó entendiéndola.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Objetivo Murcia (y III): el colmo

No solo no acabé muy bien mi participación en el reciente Maratón de Murcia, sino que la cosa fue bastante mal.
El lado turístico del viaje fue muy bueno, pero el deportivo resultó desastroso. Quería hacer mi mejor marca en un maratón, y sin embargo logré la segunda peor, y no fue la peor por poco. Lo pasé tan mal en los últimos 14 kilómetros, que como sabéis incluso me replanteé incluso participar en los siguientes retos que tenía marcados en mi calendario.
Como algunos me habéis dicho, fue un calentón que se olvidó pronto, y ya estoy otra vez rodando. Pero hoy el correo me ha traído una mala noticia. Parece que este Maratón de Murcia tenía, en lo que a mí se refiere, una especie de maldición, o algo así.
Me ha llegado una multa. Vaya tela!!!. Pasé a 115 km/h en una zona limitada a 90. Reconozco que me dio la sensación de que me habían multado, pero pensé que me equivocaba como ya me ha ocurrido en ocasiones anteriores, y la sensación quedó finamente en nada. Pues no, ahora ha llegado la multa. La primera multa que me ponen en mi vida, y ha sido como consecuencia de este nefasto Maratón de Murcia. 
¿Pueden salir las cosas peores?. Bueno... mejor me callo, pago mañana los 50€, y me olvido no vayamos a que el Destino me de otra sorpresita. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Objetivo Murcia (II): gatillazo supremo


Lo mío, hoy, ha sido casi de juzgado de guardia. Sabía que podía salir mal, pero ¿¿¿¿TANTO!!!!.
Afrontaba el Maratón de Murcia con la intención de hacer ni mejor marca aproximándome a 3h y 25 minutos, y sin embargo he hecho la segunda peor: 3h 54 minutos y pico... y gracias.
¿Sabéis de qué me he ido acordando gran parte de la carrera?. De eso que tanto digo de que "hay muchos que cogen muchos kilos de aceituna, por las noches, en la barra del bar. Pero cuando van al día siguiente al tajo, la cosa cambia". Eso es precisamente lo que me ha pasado a mí.
Tras un largo meditar y llegar la conclusión de que me sería imposible acercarme ni siquiera a las 3h 15' deseadas, opté por seguir el globo de las 3h30', pero vaya suerte la mía que, pese a estar anunciado por la normativa, fue el único que no ha habido. Nada, me pongo a mi ritmo rondando los 4'55" por kilómetro, y seguro que lo consigo.
Empiezo bien y saliendo adelante porque si apenas hay 1.900 participantes. Me siento bien, muy bien, y tengo incluso que esforzarme para no ir más rápido de lo previsto. Todo según lo previsto, paso la media maratón en 1h44' y unos segundos. La idea era hacer precisamente eso para, llegado ese momento, decidir si aceleraba el ritmo en función de cómo me encontraba. Decido seguir así hasta llegar al km 30, pero en el 28 la cosa se pone fea. Voy bien de sensaciones, físicamente no me siento deshidratado -como en ocasiones anteriores- gracias a los geles y a los bidones de sales minerales, pero las piernas no marchan. Lo intento, pero es como si no respondieran a las órdenes que les manda el cerebro. ¿Qué pasa?. A los pocos minutos siento un flato espectacular que ya me acompaña hasta el final. Está claro, ha habido falta de entrenamiento pese a las 17 semanas de preparación y los casi 900 kilómetros recorridos en este tiempo.
Seguí el plan de entreno pero sin añadir tiradas largas de 30 kms, y eso lo he pagado. También -creo- no cumplir los ritmos de entrenamiento. También miraré el GPS que uso porque hoy, al final de la carrera, me ha dado un error de 970 metros; demasiado.
Sigo. Del km 28 hasta el final ha sido un desastre. Empecé sin poder bajar de los 5'/km, seguí x los 6'/km, los 7'/km, e incluso los 8'/km. Incluso en los kilómetros finales tuve que apretar porque corría el riesgo de irme, al final, por encima de las cuatro horas. En ese fatídico km 28, cuando ya sabía que no conseguiría el objetivo marcado ni aproximadamente, me deje llevar; eso, unido a que las piernas no respondían, y tal vez a la desconexión mental desencadenaron la tragedia.
Mi decepción ha sido tal que en estos momentos casi dejaría el atletismo, y pienso en anular las próximas citas en las que estoy inscrito para ver qué hago una vez reflexione sobre el tema.
No obstante, alguien me dijo una vez que las primeras decisiones que tomamos tras una situación... digamos... difícil, nunca es la acertada. Ya veremos qué hago finalmente.
Ha sido mi décimo maratón. Mal aniversario este gatillazo supremo.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Objetivo Murcia (1): Alea iacta est


Una vez más me encuentro en la víspera del gran día. Mañana participo en el II Maratón de Murcia. 
¡Cuánto ha llovido desde aquel pasado 8 de julio en el que empecé la preparación de la carrera de mañana!. Durante 17 semanas me he estado entrenando para intentar mejorar mi mejor marca en la distancia de los 42.195 metros que se encuentra en 3 horas 25 minutos 10 segundos (fue en Sevilla, en febrero de 2012).
Empecé la preparación muy motivado, pero tanto tiempo con la exigencia de estar al 100% se hace difícil, y más aún cuando hay que compatibilizar con trabajo, vida familiar, otras aficiones y obligaciones... Creo que llego en buen momento, pero también entiendo que será difícil rebajar mi mejor tiempo. Ciertamente el plan seguido era para acercarme a 3h15', pero reconozco que es complicado de abordar mañana. En estas últimas horas previas a la carrera defino la estrategia a seguir en carrera, y aunque aún no lo tengo decidido con seguridad, lo más probable es que me ponga en la salida junto al globo de las 3h30' para, llegado al km 30 y verme con fuerzas, tirar para adelante y procurar bajar tiempo en la segunda parte de la carrera. En función de cómo estén las fuerzas, será posible acercarme a mi mejor tiempo, e incluso superarlo... o no. Ya veremos.
En estas 17 semanas de preparación he sólido correr 4 días a la semana, y en total he recorrido 843,6 kms. Mucho tiempo, mucho esfuerzo, mucho sacrificio... Ahí está el gran valor de esta prueba: la exigencia de la preparación que te sirve para abordar otros muchos ámbitos de tu vida diaria, incluida la derrota. 
Atentos al dorsal 867. Mañana os cuento. Alea iacta est (la suerte esta echada).