A lo largo de los muchos años años que llevo practicando el atletismo a nivel aficionado) he tenido alguna que otra lesión. No han sido muchas las recuerdas de mala manera porque te fastidian mucho: esguinces de tobillo, problemas en las rodillas, en la cadera... y sobre todo mucho isquiotibial dañado.
Al principio mi visita al fisio era para curar las lesiones, pero a medida que iba leyendo y teniendo más experiencia, además de para solventar los problemas, suelo acudir cada mes y medio o así para un masaje de descarga. Y precisamente fue en una de estas visitas rutinarias cuando le llamé la atención sobre cierta molestia que empezaba a tener en la planta del pie derecho. Nada serio, pero me picaba de vez en cuando.
Manos Mágicas Pili (MMP) tardo segundos en detectarme principio de fascitis plantar. Tras un breve intercambio de preguntas (ella) y respuestas (yo), llegamos a la conclusión de que había sido por intentar cambiar la pisada demasiado rápido. Yo siempre he corrido talonando, es decir, apoyando primero el talón y después el resto de la planta del pie. Llevaba ya meses intentando cambiar para apoyar primero la media planta del pie, y eso era lo que había provocado la lesión. Un cambio de pisada ejecutado demasiado rápido (lo aconsejable es cambiar en un año aproximadamente, y no en unos meses).
Tras el masaje la cosa quedó bien, y me aconsejó no correr en unos días, o, de hacerlo, que fuera de manera ligera, pocos kilómetros, y en caso de dolor, parar inmediatamente. Este masaje fue el pasado 9 de junio, martes. La idea era una descarga de las piernas de cara a la media maratón de Martos que iba a disputar el domingo, día 14. Confiaba en mantener mi plan a pesar del principio de fascitis, y por ello me probé en un par de salidas cortitas; el dolor fue a más. Pero como no era demasiado, y tenía muchas ganas de Martos -estaba en forma y buscaba hacer una buena marca-, decidí correr los 21,097 kilómetros.
La idea era calentar con más antelación de lo normal para que la zona afectada se calentara, y empezar la carrera en buenas condiciones. Pero todo salió mal. El dolor apareció durante el calentamiento, y no solo no remitía sino que iba a más cuanto más corría. Empecé la carrera y en el kilómetros dos el dolor era demasiado alto como para correr bien. ¿Abandono? Nunca lo había hecho, de ahí que opté por acabar aunque fuese a un ritmo muy lento y lejos de mis tiempos habituales.
Al llegar a casa comprobé que prácticamente me había reventado la planta del pie. Tenía un moratón de unos nueve centímetros de diámetro, y con varios hilillos de derrame en dirección al empeine. No podía casi ni apoyar.
Desde aquel 14 de junio he realizado varias sesiones más de fisio (algunas con punción seca bastante dolorosa), aunque la recuperación nunca era completa porque cuando MMP me decía que corriera un poquito para ver cómo iba la cosa, yo me metía 14 kilómetros. Eran las ganas de volver a rodar, pero no conseguía mas que retroceder en la recuperación.
No podía seguir así, por lo que desde hace un mes decidí parar completamente. Ahora sí seguía a rajatabla las órdenes de MMP. Primero, nada de correr. Después alternar andar con algún ratito corriendo. Más tarde, empezamos andando para alternar dos minutos corriendo y dos minutos andando. Así progresivamente hasta que ampliamos el tiempo de carrera y reducimos el de andarín.
A lo largo de estos dos meses me he desesperado bastante, sobre todo cuando al hablar con compañeros de fatigas todos podían una cara malísima al saber que sufría fascitis plantar.
Hoy, dos meses después, he logrado correr 10 kilómetros seguidos. ¿Y sabéis lo mejor? Que ni el dolor ni la sensación de resquemor han aparecido. Hasta ahora lo veía todo muy negro -he leído algunos casos de corredores que han tardado años en curarse, e incluso algunos tuvieron que abandonar la práctica deportiva por una fascitis plantar-, pero hoy parece que vislumbro algo de luz al final del túnel.
Me da la sensación de que hay vida tras una fascitis plantar. Estoy contento por esto y también porque este viernes es la III Carrera del Melón, en Higuera de Calatrava. Podré participar y -espero- acabar sin lesionarme. El tiempo será malo porque -tras dos meses de parón, la forma está baja- pero seguro que hay más ocasiones para mejorar.
Ya os contaré.