Al pasar la portada en dirección a la primera página para empezar a leer me topé con la foto del autor. De manera instantánea, como si me escuchara, le dije, incluso en voz alta: Ya estamos otra vez aquí, Julio. Y es que hay que echarle valor para acercarse a una de las obras de Julio Ángel Olivares Merino pues es un escritor de gran dificultad.
Inicié Paralelo a tu expirar, no sólo porque yo sea uno de las personas a quienes se lo dedica, sino por mi afición a leer cosas de gente cercana. Además, el día de la presentación -en el que, por supuesto, estuve presente- Julio reconoció que se trata de algo autobiográfico, de la plasmación en papel de los sentimientos que le habían brotado a raíz de situaciones normales en su quehacer diario. Nos proponía, entiendo, un juego para descubrir lugares, situaciones, personas... porque hablaba de Jaén y de los jienenses.
Paralelo a tu expirar es prosa poética; una sucesión de relatos con ninguna relación entre ellos salvo los estados de ánimo del autor. Algunos, la mayoría, los leo dos veces, incluso más, en algún caso concreto, porque a la complejidad propia de la prosa poética hemos de añadir el estilo barroco de Julio.
Detecto mucha tristeza, escenas tétricas, muerte, todo muy oscuro... Si es autobiográfico, ¡qué mal debió de pasarlo Julio!
El estilo complejo se mantiene siempre, y me cuesta mucho entenderlo. Las imágenes que nos ofrece el autor son bellísimas, pero ya digo que excesivamente complejas... quizá para mi estado de ánimo actual.
Por eso, porque quiero saborearlo en todo su esplendor y sin perderme nada, aparco esta lectura, antes de concluir la obra, para retomarla, como compromiso pendiente, más adelante.
Paralelo a tu expirar es prosa poética; una sucesión de relatos con ninguna relación entre ellos salvo los estados de ánimo del autor. Algunos, la mayoría, los leo dos veces, incluso más, en algún caso concreto, porque a la complejidad propia de la prosa poética hemos de añadir el estilo barroco de Julio.
Detecto mucha tristeza, escenas tétricas, muerte, todo muy oscuro... Si es autobiográfico, ¡qué mal debió de pasarlo Julio!
El estilo complejo se mantiene siempre, y me cuesta mucho entenderlo. Las imágenes que nos ofrece el autor son bellísimas, pero ya digo que excesivamente complejas... quizá para mi estado de ánimo actual.
Por eso, porque quiero saborearlo en todo su esplendor y sin perderme nada, aparco esta lectura, antes de concluir la obra, para retomarla, como compromiso pendiente, más adelante.