Estos días debería haber estado escribiendo mi habitual Catite titulado "Alea iacta est". Es lo que publico aquí con mis últimos pensamientos antes de afrontar un maratón. Este domingo, 26 de marzo, tenía la intención de haber participado en el II Ecomaratón Vega de Granada Ruta Lorca, pero no va a poder ser. Y no es que me haya lesionado, o que una razón de fuerza mayor me impida estar en la salida. No. Es simplemente que la organización lo ha aplazado al próximo 5 de noviembre.
Lo peor de estas cosas no es que se aplacen, sino que se comuniquen a los participantes diez días antes porque fue el pasado jueves cuando recibí el mail de la organización.
La cosa sube de gravedad si tenemos en cuenta que un maratón supone recorrer 42.195 metros, y eso exige una preparación concienzuda y específica que, en mi caso, me lleva a plantear un entrenamiento de 12 semanas. Y todo se me ha venido abajo al final de la semana 11, después de haber entrenado a lo largo de 365 kilómetros, algunos de series bastantes exigentes; otros de tiradas largas; ha habido cuestas que se las traen; hay entrenos a horas intempestivas para poder compatibilizarlos con el trabajo y la familia; y me acuerdo especialmente de aquellas tiradas tras el jornal de la recogida de la aceituna...
Lo dicho, una putada que se convierte aún mayor si también consideramos que un maratón no es una carrera cualquiera, sino que condiciona la planificación del año de cualquier corredor, y por supuesto también del mío.
En el mail de aplazamiento se esgrimen "razones técnicas" que, una vez puesto al habla vía telefónica con la organización, me dicen que ha sido Tráfico quien no les da el visto bueno una vez que coinciden con otra prueba, y es a esa otra a la que dan prioridad.
Buceando en el Facebook de la prueba, me entero que esa otra prueba es de ciclismo, pero no acabo de entender que la organización esté siendo tan opaca a la hora de explicar qué ha pasado. Y cuando alguien trata de ocultar algo, como es el caso, la cosa no suele pintar bien.
Por el mucho trastorno que supone para el atleta el aplazamiento del maratón -como ha quedado patente en los comentarios que se les han hecho a través del Facebook-, creo que los organizadores deberían verter toda la luz posible sobre las razones que le han llevado a ello porque todos los atletas frustrados tenemos la convicción de que la verdadera razón ha sido la poca participación que iba a tener (unos 120 atletas). Al parecer no es por eso, pero a mí, a día de hoy, nadie me ha demostrado lo contrario.
En cualquier caso, y dando por bueno ese impedimento de Tráfico -insistiendo en que queremos ver las pruebas-, pido a los organizadores de cualquier maratón que sean extremadamente rigurosos por el mucho trastorno que supone para el atleta situaciones como esta.
A pesar de todo, también entiendo que todos los amantes del running en general, y del maratón en particular, debemos apoyar las poquitas carreras de este tipo que se celebran en Andalucía al margen de los circuitos comerciales que no buscan más que lo que buscan. Por ello, y tras mostrar mi disgusto por el aplazamiento, ya he comunicado a la organización del II Ecomaratón Vega de Granada Ruta Lorca que, si no pasa nada, allí estaré el próximo 5 de noviembre.