viernes, 29 de enero de 2010

Aniversario desapercibido... otra vez

Finalmente no ha sido hoy, pero cualquier viernes de estos el Consejo de Ministros aprueba la segunda fase del Activa Jaén. Se trata de un plan -para quien no lo sepa todavía (¡?)- que el gobierno de Zapatero diseñó con el objetivo de que la provincia de Jaén recibiera una inyección de dinero tal que le permitiera equipararse en nivel de desarrollo al resto de España y de Europa.
Tuvo un presupuesto inicial de 1.200 millones de euros, y 89 actuaciones a ejecutar en 4 años, es decir, dado que el Activa fue presentado por el propio presidente del Gobierno en la ciudad de Jaén un 17 de enero del año 2006, hace dos domingos cumplió su cuarto aniversario y, por lo tanto, el plazo final para su conclusión.
Me llama la atención que, un año más, el cumpleaños de algo tan aplaudido y casi, casi llevado a los altares pase de manera totalmente desapercibida para quienes disfrutamos y nos beneficiamos de él. Más sorprendente resulta que sus padres y madres no nos informen de tan señalado día, con pastel y fiesta conmemorativa incluida.
¿Qué estará pasando para que pase algo así, conociendo como conocemos a nuestros políticos?
No voy a entrar en consideraciones de cumplimientos, o no; de dinero gastado, o no; de ámbitos no contemplados, o sí; de si realmente es lo que es, o no... En otro momento abordaremos estos debates.
Hoy, cuando está a punto de aprobarse como digo la segunda fase, vuelvo a realizar una pregunta que he formulado en multitud de ocasiones, y que nadie me ha contestado aún: ¿el presupuesto con el que se ha dotado y dotará al Activa es dinero añadido al que habitualmente venían invirtiendo las administraciones en la provincia, o es el mismo pero con otro nombre.
Lo preguntaré en el foro adecuado en cuanto tenga la más mínima oportunidad.
¡Feliz cumpleaños!

miércoles, 27 de enero de 2010

Only a way to practise English

The Merchant of Venice is one of the most famous books of one of the most important writers in the History: William Shakespeare. I have read a special edition (Black Cat Edit. 2005) because it´s made to english learners. It has been an homework ordened by my english teacher at Jaen´s Languages Official School.
It´s a good book to students because it´s used an easy language, chapters are small, it includes exercises about the plot, a cd-audio, internet projects, etc.
This Merchant is a short version of the original text by Shakespeare, and it only offers a way to practise and learn English.
Love, revenge, racism, friendship, money or law are some of the plots that make the story which happens in Venice in XVII Century. Exists a film based on this novel; I watched it last year in v.o. and it was very difficult because actors speak ancient English. I´m going to watch it again this days, and I´ll look for the original book by Shakespeare to read it next summer.

lunes, 25 de enero de 2010

Mi compromiso: ¡Acción!

Los periodistas arreglamos los males de la profesión todos los días tomando un café, pero el momento de máximo esplendor se produce (así ha sido, al menos, en los dos últimos años) en el acto de presentación del libro editado por la Asociación de la Prensa de Jaén, que este año tuvo lugar el otro día.
Fueron muchos quienes hablaron en ese contexto, y siempre estuvo como protagonista los problemas que nos acucian: laborales, presiones, falta de libertad...
Alguien llamó a la acción (no recuerdo si Rafa Olmo o Miguel Ortega) en lugar de tanto quejarse, y Ginés Donaire insistió en este sentido al lamentarse de que cada vez se pregunte menos en las ruedas de prensa. Y es cierto, porque de un tiempo a esta parte he detectado una gran apatía por nuestra parte, la de los periodistas, a la hora de afrontar una comparecencia pública. Tendemos a tragarnos el rollazo del protagonista de turno en lugar de preguntar de manera incisa para aclarar este o aquel tema, para poner el dedo en la llaga sobre una contradicción evidente, o para llamar la atención sobre el hecho de que el tipo en cuestión dice ahora Diego donde antes dijo digo.
Creo que esta forma de actuar se debe a que no queremos complicarnos la vida (los periodistas). Primero, teniendo un cierto enfrentamiento con quien da la rueda de prensa. Segundo, peleando después con nuestro redactor jefe o jefe de sección tratando de convencerle de que la información debe ir en este o aquel sentido, aunque se ponga a parir al político. Y es que desde arriba existe especial cuidado en no molestar demasiado a quien nos sostiene económica o políticamente.
Por eso, por ahorrarse un par de malratos, hacemos de tripas corazón (yo lo hago habitualmente) y tomamos el camino más fácil.
Sin embargo, a raíz de lo que pasó el otro día en el acto de la Asociación de la Prensa de Jaén, he decidido asumir el compromiso de ACTUAR. Tengo la intención de afrontar a partir de ahora todas las ruedas de prensa de una manera profesional, buscando todos los vértices de la comparecencia y de lo que allí se diga, siendo honesto con las personas que después me elijan para informarse de lo que allí ocurrió o se dijo, sin más miramiento que el de la veracidad y, por supuesto, el principio de servicio público que sustenta al medio de comunicación en el que trabajo (Onda Jaén RTV). Después mis jefes me dejarán enfocar la redacción de la noticia como yo entiendo debe hacerse, o no, ya me encargaré de pelearlo; seguramente no consiga mi objetivo de publicar correctamente, o sí, pero al menos el regustillo de poner colorado al político-representante público/privado-empresario-etcétera no me lo quitará nadie.
Con esto no pretendo más que hacer efectivo algo que dijo el cada vez más sabio Tomás Medina en ese acto de la Asociación de la Prensa: a mejores periodistas, mejores políticos.
Amén.
P.D. La foto es de Agustín Muñoz. ¡Gracias!

domingo, 24 de enero de 2010

La responsabilidad de los periodistas de medios públicos

(Artículo publicado por un servidor en periodista@buscatelavida.com, libro editado por la Asociación de la Prensa de Jaén que fue presentado el pasado viernes, 22 de enero de 2010).

Resulta incuestionable el papel determinante que han jugado, juegan y aún seguirán jugando los medios de comunicación en la confección y mantenimiento de un sistema democrático donde las libertades del individuo representan la piedra angular sobre la que gira todo lo demás. El propio Mario Vargas Llosa es contundente en este sentido al afirmar que "la ecuación es infalible: el grado de libertad de que goza la información es un reflejo inequívoco de la libertad que existe en el conjunto de la sociedad, y viceversa. Se trata de una regla que no tiene excepciones".
Sin embargo, entiendo que actualmente nos encontramos en una época en la que el surgimiento de una cierta preocupación está justificada. Recientemente le comentaba a un colega de Jaén que hace 15 años no se notaba tanto la proximidad de los medios de comunicación a los idearios políticos existentes, o igual era que los mismo medios disimulaban más fu filiación política. Este periodista no sólo coincidía en mi apreciación sino que iba más allá en su posicionamiento: hoy día lo que se lleva es hacer gala de ser de un partido político, y los medios no sólo no huyen de ello sino que lo proclaman, con orgullo, a los cuatro viento.
Ante este panorama, que entiendo resulta incompatible con el carácter y la función propias del periodismo, me viene a la memoria la siguiente reflexión del jienense, catedrático de Derecho Constitucional, y profesor de la UNED, Antonio Torres del Moral: "Si la propiedad exclusivamente pública (de los medios) conduce inexorablemente al monopolio del partido o de la coalición en el poder, la propiedad exclusivamente privada parece escasamente resistente a la tendencia al oligopolio, el cual, si no elimina el pluralismo, lo limita, a veces de modo muy preocupante".
Una visión apocalíptica que no se basa únicamente en argumento teóricos, sino que la propia realidad confirma en los medios de comunicación públicos con sentencias como la dictada por la Audiencia Nacional contra RTVE por la manipulación que efectuó durante la huelga general del año 2002 a favor del Gobierno; por las continuas condenas que las diferentes Juntas Electorales realizan sistemáticamente contra Canal Sur por violar su deber de imparcialidad y actuar siempre a favor del Gobierno; o la condena a Onda Jaén RTV por violar derechos fundamentales de un trabajador, quien no actuó a favor de los intereses del Gobierno. También la realidad de los medios privados confirma esta teoría a través de concesiones de licencias de radio comercial o TDT que, casualmente y siempre bajo la más estricta legalidad, van a parar de manera masiva a grupos amigos y cercanos a los partidos políticos gobernantes en cada territorio, a la vez que se margina a los críticos o próximos a las teorías de la oposición; o el sistemático desembarco de dinero público en esos mismos medios amigos a través de ingentes campañas publicitarias, mientras que al enemigo no llegan más que las migajas cuyo único fin es el de parecer decente. Y qué decir de esos cambios legislativos, siempre a favor del viento que interese a los grupos que nos ayudan, para permitir fusiones de cadenas, o pasar de emisión de pago a emisión en abierto, o de emisión en abierto a emisión de pago, o de incrementar nuestra participación en este o aquel medio, etcétera.
De todo esto que es el pan nuestro de cada día en este país en pleno siglo XXI, también sabemos, y mucho, en Jaén. Por eso resulta interesante tener en cuenta y casi, casi enmarcar para colgar en un lugar visible, las palabras del doctor de Derecho Constitucional y profesor de la UNED, Lucrecio Rebollo Delgado, cuando indica: "no debemos olvidar que una sociedad no está más evolucionada, o es más democrática, por el número de derechos que reconocen sus textos jurídicos, o el nivel técnico-jurídico de éstos, y sí lo es por la vigencia y conciencia que de los derechos fundamentales tiene el ciudadano".
Lamentablemente, y según mi criterio, el ciudadano de a pie tiene clara conciencia de que sus derechos fundamentales de acceso a recibir y emitir libremente información no existen prácticamente, o están tan mermados que se reducen a algo casi anecdótico. Lo peor de todo es que se trata de un sentir compartido por el propio periodista, quien opta por el inmovilismo ante el peligro de una más que factible pérdida de su puesto de trabajo porque, seamos también claros, lo de la cláusula de conciencia y secreto profesional son elementos más teóricos que otra cosa ya que, en caso de esgrimirlos ante una posible presión de la empresa editora, lo mejor que puede pasarle al periodista es ganar en los juzgados y, como consecuencia, irse a su casa con una indemnización por despido improcedente, es decir, quedarse sin trabajo. ¿Nos suena esto en Jaén?.
Ante este desolador y desalentador panorama yo, y a día de hoy, me resisto a darme por vencido. Creo que debemos ser los periodistas que trabajamos en medios públicos quienes tenemos que dar toda la guerra posible en este sentido ya que el privilegio de tener una cierta seguridad laboral nos obliga -moralmente- a eso, a pelear por la profesión más bonita y más necesaria del mundo porque, como dice el propio Tribunal Constitucional, sin ella no existiría derecho alguno: "La libertad de los medios de comunicación, sin la cual no sería posible el ejercicio eficaz de los derechos fundamentales que el artículo 20 de la Constitución enuncia, entraña seguramente la necesidad de que los poderes públicos, además de no estorbarla, adopten las medidas que estimen necesarias para remover los obstáculos que el libre juego de las fuerzas sociales pudiera oponerle. (...) La preservación de esta comunicación pública libre sin la cual no hay sociedad libre ni, por lo tanto, soberanía popular exige la garantía de ciertos derechos fundamentales comunes a todos los ciudadanos".



lunes, 18 de enero de 2010

Séptimo aniversario

Ya han pasado siete años de aquella cacicada. Me estoy refiriendo a la reprobable actuación del entonces candidato del Partido Socialista Obrero Español a la alcaldía de Jaén: Marcos Gutiérrez. Ocurrió el 16 de enero del año 2003 (el mismo día de San Antón. ¡Como para olvidar la fecha!), poco antes de una rueda de prensa del alcaldable. Mi compañero -operador de cámara- Cristóbal Macías y yo fuimos a cubrir el acto, pero no pudimos hacerlo porque nos echaron antes de empezar. De manera amable, con cierto rubor en el rostro, en una situación tensa y embarazosa, en un lado de la sala para que nadie se enterara.... y, por supuesto, no fue Marcos directamente sino su responsable de prensa. Pero ¡¡¡nos echaron!!!. Nuestro único pecado era pertenecer a Onda Jaén RTV, un medio no grato -entonces- para el PSOE.
Lo peor no fue únicamente el que nos echaran, en una clara patada en la entrepierna al derecho a la libertad de expresión (artículo 20 de la Constitución Española), sino además que prácticamente ningún medio de comunicación criticara y denunciara con dureza lo ocurrido, salvo algún chiste por ahí perdido, varios apuntes en columnas de opinión, y un comunicado de condena de la Asociación de la Prensa de Jaén. Sólo Ginés Donaire (El País), Ángel López y Antonio Agudo (Cope), y lógicamente Onda Jaén trataron el asunto.
Hoy sigo recordando aquel lamentable suceso con el único objetivo de tratar de cumplir con el siempre sabio refranero cuando dice aquello de Quien olvida su pasado está condenado a repetirlo. Yo no lo he olvidado. No sé si el resto de la profesión en Jaén. Sí espero que también lo recuerde el propio Marcos, reconociendo su error, y haciendo efectivo el propósito de enmienda sobre todo en su trabajo de miembro del Consejo Consultivo (organismo asesor del Presidente de la Junta de Andalucía) que desempeña desde unos meses después de aquello, y esperemos que con más fortuna de la que hizo gala en una mañana de San Antón.

domingo, 17 de enero de 2010

La San Antón vuelve a partir la pana

No afrontaba yo este año la carrera de San Antón con las mismas buenas vibraciones que otros años. En el último mes y medio no había entrenado prácticamente nada (apenas cuatro días), el recorrido se ha endurecido considerablemente, y aunque en algún año anterior me he propuesto correr tranquilo, disfrutando... porque estoy al comienzo de mi temporada atlética, la experiencia también me confirma que al final vas a tope, por lo que este año dudaba de que el cuerpo me respondiera. Y para más inri, con la cosa de que ha caído en sábado -algo que gusta mucho porque Jaén se llena, y los hoteles, y viene mucha gente, y los bares revientan...- a mí me fastidia porque es día de aceituna; de hecho, estuve en el tajo hasta las cuatro y media de la tarde, y además tirando de los mantos con el barro que había...
Lo dicho, muchas dudas iniciales que rápidamente desaparecieron cuando me vi en pleno Gran Eje, con el dorsal ya colocado en mi equipación rosilla (del Maratón Jaén), y rodeado de miles de corredores impacientes por escuchar el pistoletazo de salida. Ambientazo por todo lo alto que, justo es reconocerlo, se ha currado el Ayuntamiento con, además de todo lo deportivo, baile jaenero y música en vivo, una hoguera allí mismo, el recorrido perfectamente aislado, no hizo frío ni llovió...
Me parecía mentira que todo eso se estuviera organizando en mi ciudad. El éxtasis casi llega cuando me di cuenta de que la casualidad quiso que en los momentos previos a la salida estuviera yo en la valla que delimitaba el acceso de los atletas de élite, pasando todos a mi lado, incluida la ...no hay palabras... Marta Domínguez.
Empieza la carrera, salimos de manera bastante ordenada y con sólo algún incidente menor.... la marea humana del Gran Eje es impresionante, así como el paso por el subterráneo, la dureza de la Avenida de Madrid, inolvidable el Barranco de los Escuderos así como el paso por la Plaza de Santa María y la Carrera, buena la primera visita al nuevo teatro, y frenética la bajada hasta el Gran Eje donde el último kilómetro que concluye en la meta resulta indescriptible.
Durante todo el recorrido, repito, TO-DO-EL-RE-CO-RRI-DO me sentí como una estrella de cine porque miles de jienenses no hacían más que animarme, y eso te pega un subidón que te da más alas que un millón de bebidas de esas que anuncian en la tele. Allí estuvieron, animando, digo, mi madre, Luis, Laura, Pilar, Gabriel, Manoli, Gelen, Juanito, Laura (otra vez), Elena... miles y miles de desconocidos y también conocidos cuya labor resulta impagable, y que creo que son quienes realmente hacen de ésta, la segunda carrera más popular de España.
Al final no sólo me sentí de lujo corriendo, sino que además rebajé en un minuto mi marca del año pasado.
La San Antón volvió a partir la pana. ¡Enhorabuena!

jueves, 14 de enero de 2010

Entre Mátrix y un remake de Pocahontas

A mí me recordó a Mátrix, y a un amigo le dijeron que era una remake de Pocahontas. No he visto Pocahontas y no puedo opinar en este sentido, pero me gustó Avatar.
Ya fue todo un indicativo el que la sala no sólo estuviera completamente llena sino que antes hubo que hacer una larga cola para adquirir las entradas; en las películas infantiles a las que suelo ir, estamos casi en familia.
Quizá nos enganche la cierta originalidad del argumento, el trasfondo de la típica historia de amor, el mensaje ecologista, la eterna lucha de David contra Goliat, la defensa a ultranza de unos principios llegando a la muerte si hace falta... En la parte negativa, una cierta previsión de lo que va a ocurrir. Todo eso tiene Avatar, y en muchos sitios unas gafas que te entregan a la entrada del cine porque se proyecta en 3D. Eso hace que el espectador sume un atractivo más para ver una película que, por desgracia, en Jaén capital sólo hemos podido disfrutar en formato normal. Ya estamos acostumbrados, ¿verdad?

viernes, 8 de enero de 2010

Una duda en nuestro existir

Marlo Morgan es una doctora en bioquímica y en medicina oriental que decide abandonar su país natal (Estados Unidos) para desarrollar un proyecto sanitario en Australia. Allí vive una impresionante aventura con una tribu de aborígenes que pretende trasladarnos con todo detalle en Las voces del desierto (Zeta, 2009). La protagonista del libro es la propia autora, y la obra intenta ser una especie de cuaderno de bitácora de un inesperado viaje a través del desierto australiano donde lo de menos es, quizá, el viaje, mientras que lo verdaderamente importante es el choque de civilizaciones/culturas que describe. Aunque más que de choque podríamos hablar de la confrontación de dos formas totalmente diferentes de afrontar la existencia en esta vida: la nuestra y la de otros. Lo que ocurre es que la otra visión se nos ofrece de una manera tan amable, razonada, argumentada, ausente de toda maldad... y siempre desde el respeto y la comprensión, y huyendo de la beligerancia, que durante la lectura nos planteamos en bastantes ocasiones si nos encontramos en el camino correcto aferrándonos.
Marlo Morgan asegura que lo que cuenta, le ocurrió a ella realmente, aunque son muchos quienes lo ponen en duda. Aunque entiendo que el verdadero valor de este libro no es si ocurrió, o no, sino que nos ofrece una serie de claves para hacer que nuestra vida sea mejor en relación con nuestro entorno.
Acabo con algunas de las reflexiones que se nos plantean:
1.- Ellos creen que las cosas generan miedo. Cuanta más cosas tienes, más tienes que temer. Al final sólo vives para tener cosas.
2.- Parece ser que los Mutantes (el hombre blanco) tienen algo en su vida llamado salsa. Conocen la verdad, pero la entierran bajo el espesor de las especias de la conveniencia, el materialismo, la inseguridad y el miedo. También tienen algo en sus vidas que llaman glaseado. Al parecer representa el modo en que malgastan casi toda su existencia en proyectos superficiales, artificiales, temporales, de agradable sabor y atractiva apariencia, pero dedican muy pocos segundos a desarrollar su ser eterno.
3.- Tal vez el futuro se halle en mejores manos si nos olvidamos de descubrir cosas nuevas y nos concentramos en recuperar nuestro pasado.

miércoles, 6 de enero de 2010

REGALOS y regalos

Estoy acabando un libro ciertamente interesante del que os hablaré próximamente. Pero he querido recoger en un día como éste, el de los Reyes Magos, y con todo lo que ello supone y significa, las siguientes líneas que, entiendo, son muy apropiadas y que nos pueden hacer reflexionar un poquito: Un regalo sólo es un regalo cuando le das a una persona lo que ella desea, y deja de serlo cuando das lo que tú deseas que tenga. Un regalo no obliga a nada. Se da sin condiciones. Las personas que lo reciben tienen derecho a hacer con él lo que quieran: usarlo, destruirlo, regalarlo, lo que sea. Es suyo, sin condiciones, y el que lo da no espera nada a cambio. Si no se corresponde con estos criterios, no es un regalo y debería clasificarse de alguna otra manera.

domingo, 3 de enero de 2010

Risas y lágrimas

Hace unos días me llegaba vía internet el siguiente chiste que os trascribo. Sin lugar a dudas provoca risas, pero si lo pensamos un poquito, también lágrimas. ¿Es realmente un chiste? ¿Es una exageración de algo que ocurre en la vida diaria de nuestra sociedad? ¿O es la pura y dura realidad? Me callo ya diciendo lo que he comentado aquí y en otros foros en multitud de ocasiones: tenemos lo que nos merecemos.

Un chico del PARTIDO termina el bachillerato y no tiene ganas de estudiar nada. Como el padre también es del PARTIDO y es un tipo con malas pulgas, lo aprieta: ¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar.
El padre, que tiene algunos amigos políticos dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo en LA JUNTA, y habla con un amigo: Oye, Manolo, ¿te acuerdas de mi hijo? Bueno, acabó el bachillerato y no quiere estudiar por ahora. Necesitaría un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera... El asunto es que haga algo y no vaguee, ¿entiendes?
A los tres días llama Manolo: Oye. Que ya está. He encontrado algo para tu hijo. Asesor de la Comisión de Salud de la Junta. Unos 9.000 euros por mes. Está guay, ¿no?.
El padre responde: ¡Nooo, Manolo! ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo.
A los dos días, de nuevo Manolo: Ya lo tengo. Le conseguí un cargo de secretario privado de un diputado. El sueldo es más modesto, de 5.000 euros al mes.
El padre responde: ¡No, Manolo! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes?. Si gana esa pasta no estudiará nada.
Al otro día: Tío, ahora sí. Ayudante de encargado del archivo, con algo de informática, claro que el sueldo se va muy abajo... serían 2.800 euros nada más.
El padre responde: Pero Manolo, ¡por favor!, consigue algo más modesto. Es un niño aún. Algo de 500 euros.
Pero Manolo le dice: No tío, eso es muy difícil...
¿Por qué?, pregunta el padre.
La respuesta de Manolo es: Verás... esos cargos son por oposiciones, se necesita currículum, título universitario, masters... ¿Me entiendes?...