A pesar de lo mal, extremadamente mal, que lo pasé en el pasado Maratón de Murcia, aquí estamos otra vez preparando un nuevo reto de los 42.195 metros.
Esta semana que hoy acaba es la primera de las doce de que consta mi plan de entrenamiento que concluirá el próximo 12 de abril. Ese día se celebra el Maratón de París.
Ya casi me da cosa hablar de objetivos porque en las últimas pruebas no solo no los he conseguido, sino que casi la espicho. Pero es que el deporte es así. Hay que entrenar duro, de una manera constante, y por supuesto adecuadamente a lo que pretendes conseguir. Si el entrenamiento es inapropiado o te saltas mucho de lo que deberías hacer, luego no puedes quejarte de que las cosas no salen como esperabas.
Tenía previsto haber realizado para París un plan de 17 semanas, pero finalmente he optado por otro de 12. Los muchos otros fregaos en los que estoy metido me impiden disponer del tiempo necesario, pero confío en aprovechar al máximo los momentos libres que tengo para realizar las cosas como deben hacerse.
Empezado pues el nuevo reto de rebajar mi mejor marca que está en 3h25'10'' (Sevilla, febrero de 2012). El ánimo está dispuesto, el destino es más que atractivo, también tiene su cosilla el tratarse de mi maratón número 11... ahora solo falta llevar a la práctica lo mucho teorizado.
Atentos a ese dorsal número 4937.