miércoles, 13 de octubre de 2010

La vida: seriedad, humor... y vitalidad

Casi por casualidad me veo en el interior de un teatro a la espera de que comience la representación de 100 m2. Se trata de una obra escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio, y con sólo tres actores: Jorge Roelas, María Luisa Merlo y Miriam Díaz-Aroca.
El primero es para mi casi un desconocido, aunque recuerdo haberlo visto alguna vez en la tele. Y es que me perdí el que, me dicen, fue uno de sus trabajos de mayor repercusión popular: Médico de familia (no vi ni un solo capítulo). Esta vez no tiene un trabajo excesivamente largo, pero cumple a la perfección el asumir el papel de tipo cómico en una obra muy seria.
María Luisa Merlo no acabo de identificarla con actuaciones anteriores. Su nombre, de tanto sonarme, es casi de la familia, pero la cara me es totalmente desconocida.
Miriam Díaz-Aroca siempre la he encasillado en los papeles graciosos, de risa, exuberantes de chiquillería..., aunque no sé si aquí es lo mismo porque, por lo menos en el folleto de mano, está muy seria.
Finalmente me doy de bruces con una obra sobre la vida misma, sobre la importancia real y relativa de las cosas, donde en demasiadas ocasiones equivocamos el lugar de la escala donde colocamos nuestros valores. La excusa del argumento es la compra de un piso, pero el trasfondo real nos habla de amistad, interés, amor, peleas, desamor, soledad... y, lo principal, de una vida, la nuestra, donde casi siempre nada es lo que parece.
Pensando en que me iba a encontrar una obra cómica -nunca me han gustado, y eso que es lo que más he visto porque lo clásico se representa poco- me encuentro con una historia original marcada por el realismo, esto es, cosas serias con su puntito de humor, pero consiguiendo finalmente hacernos pensar, y mucho.
Por cierto, las dos actrices son todo un descubrimiento.

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